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martes, 1 de septiembre de 2015

ESTADO LAICO, UNIVERSIDAD CONFESIONAL

 Por Salvatore Brienza

El estado paraguayo se declara laico desde la Constitución de 1992. Si bien reconoce la libertad religiosa, de culto e ideológica y por ello, “Ninguna confesión tendrá carácter oficial” expresa la Constitución Nacional en su artículo 24. 
Por tanto, es inconcebible que autoridades universitarias se presten a inaugurar una Capilla dentro del Campus Universitario. 
Basta y sobra con la Ermita de la Secta Católica de Schoestantt y las reuniones para “rezar los días 18 de cada mes”, como tenían acostumbrado “otras autoridades universitarias”.
Lo lamentable y patético, para no decir ridículo, es que dicha capilla se encuentre dentro de la propia Facultad de Filosofía. Esto no sólo expresa el atraso en términos de promoción de la libertad de pensamiento y de culto, sino que es una contradicción desde los mismos conceptos de libertad y búsqueda de la verdad a través del pensamiento crítico y científico.
Con este acto, hemos retrocedido siglos. Es volver a la Edad Media, cuando las universidades eran gestionadas por la iglesia para “controlar a las masas de herejes” y evitar el pensamiento crítico. Recordemos que esta época de oscuridad, permitió que surja de nuevo “la luz de la razón y renaciera el pensamiento libre” sobre el conocimiento enclaustrado en Monasterios y Sectas. Si no fuese así, seguiríamos pensando en el  creacionismo divino y toda la fábula mágica de los pasajes bíblicos, en detrimento del pensamiento científico.
Nada se hubiera dicho, si la universidad fuera financiada totalmente por la propia iglesia. Incluso es respetable que existan universidades católicas, anglicanas, luteranas o islámicas si se quisiera.  
Pero que la Universidad Nacional del Este que es una institución financiada con dinero del estado, que al final es de toda la sociedad respetando “la libertad religiosa, de culto e ideológica” de cada uno de sus miembros, sea la promotora del pensamiento escolástico y medieval a través de este tipo de actos, es una vergüenza que debería hacer re-pensar a todos cuál es su verdadero papel en la dirección de la institución.
La propia existencia de la UNE está en peligro al contradecir la Constitución Nacional, teniendo en cuenta que “Ninguna confesión tendrá carácter oficial”. Es una barbaridad que las propias autoridades universitarias, no sólo promocionen el “culto católico” dentro de las aulas, sino que participen en la inauguración de la Capilla “Santo Tomás de Aquino” en la Facultad de Filosofía.
Que las relaciones del Estado con la Iglesia católica estén basadas en “la cooperación”, no les da derecho a usar patrimonio del estado, dinero de todos los contribuyentes, para aplacar las “almas pecadoras de autoridades y funcionarios de las facultades” que se vanaglorian de “hacer misa, vía crucis” y en un futuro no muy lejano una “Pastoral Juvenil Universitaria”, mientras por otro lado, fomentan el “nepotismo y la mediocridad” sin interesarles en lo más mínimo la formación académica de sus alumnos.
El motivo de la existencia de la Universidad Nacional del Este, no son “ni las autoridades, ni los docentes, ni siquiera los administrativos que hacen y deshacen dentro de las facultades”, sino los “alumnos” que ingresan a sus aulas esperanzados en recibir una formación adecuada a los nuevos tiempos, a la era del conocimiento científico, crítico, plural y por sobre todo en la búsqueda incesante de la verdad.
Volviendo a la Carta Magna en su Artículo 79 dice que “La finalidad principal de las universidades y de los institutos superiores será la formación profesional superior, la investigación científica y la tecnológica, así como la extensión universitaria”. Como se puede extender la universidad a la sociedad, si se convierte en parte del “aparato ideológico del pensamiento medieval” que traen los docentes que “fomentan el culto religioso antes que el pensamiento científico”.
Días atrás, en el interesante Ciclo de Conferencias Generando Filosofía 2015 un compañero egresado de la Facultad de Filosofía, Damián Cabrera, renombrado en muchos círculos intelectuales y literarios  del país y el mundo, que en estos momentos está cursando una Maestría en Estudios Culturales en la Universidad de Sao Paulo, Brasil; estaba dando una Charla sobre las “Fronteras espectrales” y sin embargo, su conferencia fue destinada a un aula donde apenas podían entrar 30 a 40 personas. Es como si realmente quisieran poner una “frontera” al pensamiento libre y por sobre todo al análisis crítico de la realidad, dejando a los participantes como “espectros” de un modelo que no condice con sus conceptos de “orden y castigo divino”.
En el 2013 el ministro francés de Educación, Vincent Peillon, durante el lanzamiento de su “Carta de Laicidad en la Escuela” aclaró que: “El laicismo no se refiere a una religión en particular porque precisamente las pone a todas en situación de igualdad. En la escuela de la República no se recibe a pequeños musulmanes, pequeños judíos, pequeños protestantes o pequeños agnósticos. Se recibe a alumnos de la República”.
Creo y estoy convencido, que mi opinión no caerá bien en los “altos círculos esotéricos de la UNE, y mucho menos en los bajos círculos exotéricos” de la Facultad de Filosofía, porque muchas veces “Arriba es como abajo y abajo es como arriba”.

Sólo me queda la satisfacción de poder cumplir lo que dice la Constitución Nacional  en su Artículo 26 - DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DE PRENSA que dice “Se garantizan la libre expresión y la libertad de prensa, así como la difusión del pensamiento y de la opinión, sin censura alguna, sin más limitaciones que las dispuestas en esta Constitución; en consecuencia, no se dictará ninguna ley que las imposibilite o las restrinja. No habrá delitos de prensa, sino delitos comunes cometidos por medio de la prensa.  Toda persona tiene derecho a generar, procesar o difundir información, como igualmente a la utilización de cualquier instrumento lícito y apto para tales fines”.


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"Liberemos a Roma de sus inquietudes, ya que no sabe esperar la muerte de un anciano". Anibal Barca

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