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jueves, 8 de octubre de 2015

EL ESTIGMA DE RECLAMAR


Por Salvatore Brienza

Aprender a callar, hablar, oir, pensar y atreverse, son atributos que no todos podemos manejar con sabiduría.
Dicen que para aprender, debemos desaprender.
A muchos docentes y estudiantes les cuesta  desaprender los modelos estructuralista y conductista de la educación. Y en este momento se ve  a leguas en que teoría se manejan muchos docentes.
La crisis en la Universidad Nacional del Este revela distintas personalidades y actitudes que exponen “ser obsecuentes”, "antidemocraticos" y con un “espíritu fascista”. Sentarse a conversar, animarse a cambios profundos, no es el camino para ellos. Lo mejor es congraciarse con las autoridades para ver si pueden seguir "succionando de las tetas del estado".
Hace unos días, un docente de la Facultad de Filosofía, mencionaba que los estudiantes que se manifiestan son una “turba” de “izquierdistas” y “gente que no piensa” por que pasan gritando. Sólo quiero recordar a ese docente, que en el 2008, era él quien vociferaba como hoy lo hacen los alumnos.
Que lejos estamos del modelo crítico, científico y plural en la universidad. Lejos estamos de respetar las ideas, plantear hechos positivos y asumir las culpas, cuando se hacen mal las cosas. 
Aparentemente, es más fácil etiquetar a las personas y echarles la culpa, con la finalidad de estigmatizarlas para que sientan que los únicos que tienen razón son aquellos que pontifican tener “decencia, moral y sabiduría”.
Están equivocados. No nos lastiman los que buscan en el diccionario para ponernos  etiquetas y nos tildan de “ateos, rebeldes sin causa o problemáticos” . En realidad nos fortalecen, porque nos damos cuenta que no somos “obsecuentes y pusilánimes”. No nos arrastramos detrás de un cargo. No doblamos nuestro cuello para que después  lo aplasten los que se acostumbraron a oprimir al prójimo.   No nos escondemos como los “peores pyragües del Stronismo”  o estamos buscando la mejor oportunidad para salir de nuestras madrigueras  a morder a algún estudiante. Tampoco “amenazamos a los alumnos”, ni les intimamos a “traicionar a sus compañeros” y que abandonen la lucha bajo el Tatajyva.
Me decepcionan muchos docentes, que hablan de “libertad, de igualdad”, de “libertad de expresión”, de “democracia” pero se ponen a despotricar contra los alumnos que se manifiestan.
Mientras la Decana y la Vice Decana, se resisten al cambio. Y hasta piensan en “judicializar” si la Vice Decana no es electa “Decana” por el Consejo Directivo, los "desvergonzados docentes" se sientan a lamer las heridas que le causan los estudiantes que tienen decencia de enfrentarlos. Se sabe que detrás de todo ese resentimiento de los docentes, hay más de lo mismo. E incluso peor. Es por ello que la lucha debe continuar. 
Ahora bien, pregunto a la Vice Decana.
¿Cómo puede ser que una autoridad no conozca lo que sucede en su Facultad”.
¿Cómo puede creer que diciendo “yo no sabía de nada” va salvar su responsabilidad dentro de la Administración?
Nadie puede escapar a esta sentencia. Nadie puede decir: “no sabía nada”. Las culpas y responsabilidades no se delegan.
Como un último llamado, les pido a estas “antiguas docentes” que RENUNCIEN YA. Motivos sobran para ser Dignas del respeto de los alumnos. Pero si ´persisten en resistir, sepan que los alumnos, se irán sumando y los docentes también. Esto es una causa nacional. Es una causa social. No es una lucha de Estudiantes contra Docentes. Es dinero del pueblo que se ha "mal utilizado, mal distribuido, mal asignado".
Y tampoco no somos nadie para juzgar lo que hicieron, tanto por acción u omisión. Para eso está el Ministerio Público y la Contraloría General de la República. A ellos y a la Sociedad en general deberán rendir cuentas.

PODRÁN REPRIMIR, PERO JAMAS DEJAREMOS DE EXIGIR.

LA EDUCACIÓN DEL PUEBLO NO SE VENDE…, SE DEFIENDE.

NI TERRORISTAS, NI  DELINCUENTES…, ESTUDIANTES CONSCIENTES.

PORQUE CALLAR…, SI SE NACE GRITANDO.

CON CAPUCHA O SIN CAPUCHA…, ESTUDIANTES EN LA LUCHA.


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