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lunes, 25 de septiembre de 2017

VIOLENCIA QUE GENERA MÁS VIOLENCIA

Por Juan Maria Enciso
Quisiera comenzar diciendo que me siento indignado ante el repudio mayor que gana una persona por una actividad que realiza; mientras que otra, que es mucho más reprochable, no es siquiera apuntada por los dedos acusadores.
 ¿Qué se puede esperar de una persona que tiene por función juzgar y distribuir justicia para todos por igual?
Pregunta que me hago al ver el video de un hombre agrediendo a una mujer que es la observación denotativa que pude hacer. Ahora bien, pasando al nivel de connotación, vemos que es un hombre grande fuerte, maltratando a la mujer, pequeña e indefensa. Ante la ferocidad con que era agredida; y más aún, según la información a la que pude acceder, el hombre es un Magistrado Electoral; significa que en teoría debería ser un hombre leído y cabal, en cuyas acciones deberían primar el buen criterio y el equilibrio. La agredida es una trabajadora informal (Limpiavidrios), una persona que es el resultado de la corrupción y del fracaso de la lucha contra la pobreza.
Sin ánimo de generalizar a todas las personas que trabajan en ese ámbito, pues, sin duda, existen entre ellas personas muy pacíficas, son famosas sin embargo las agresiones de los trabajadores informales de las calles, como limpiavidrios y cuidacoches, pero eso es de esperar ante toda la violencia que les toca vivir diariamente. Por lo general provienen de sectores vulnerables y carentes donde aprenden a sobrevivir como pueden. Hago mención a esto pues se presume que la mujer fue la que provocó tal agresión. Ataque desmedido, cuando el conductor se negó a que le limpie el parabrisas y ella golpeo el automóvil, acción que provocó la respuesta bravucona.
Asombrosamente, las redes sociales también se coparon de comentarios agresivos y acusadores para la mujer, a la que algunos inclusive denominaron “lacra de la sociedad”, mientras que el agresor era visto como la víctima.  Preguntémonos pues, ¿quién es la víctima y quien el victimario?.
Lo que podemos observar es solo un efecto secundario, un resultado de todo el proceso corrupto que viene llevando el Paraguay. Miramos al espejo y no nos gusta lo que vemos. Sin embargo, es necesario reconocer que somos nosotros. La sociedad clama a gritos un cambio en la conciencia colectiva, pues evidentemente no sólo rechazamos a lo feo, lo moralmente malo y poco aceptado, sino que apoyamos y cuidamos del opresor. Mientras esta conciencia colectiva no despierte a la realidad y busque estrategias válidas para luchar contra la pobreza y brindar mejores oportunidades a la población “en general”, la violencia seguirá creciendo como un virus que invade todos los ámbitos.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Felicidades Juan!! Ya sabes mi punto sobre esto pero claro siempre apoyo tu manera de expresar las cosas y más porque son parte de tu ideología.

Unknown dijo...

Mientras las autoridades correspondientes no les quite de las calles y les reubique en otra actividad va a seguir empeorando la violencia y la pobreza. Lastimosamente no hay autoridad que sea firme y haga cumplir la ordenanza municipal y ahora menos porque es época electoral y a los políticos les conviene seguir de romance con ése sector, $on voto$ $eguro$ para ello$ pues.