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viernes, 29 de junio de 2018

UN APELO A LA LIBERTAD


Por Salvatore Brienza
Reconocer amenazas, violencia y discriminación que sufren las personas LGTBi, es el motivo principal de la Marcha del Orgullo Gay que se realiza este sábado 30 de junio.
Entre algunos de los hechos de violencia, está el asesinato de varones y mujeres homosexuales, bisexuales y transexuales; además de todo tipo de discriminaciones, entre los que se encuentra el “ocultamiento” de sus “sentimientos”, la imposibilidad de encontrar trabajo en caso de “declararse homosexual”, la “discriminación familiar o laboral”, etc.
Pero más que un artículo en defensa de la Marcha, lo que me propongo es invitar a todos los Amigos/as, Profesores/as y Estudiantes, en general, de la Facultad de Filosofía de la UNE a que asuman una posición sobre el “Derecho a la libertad sexual”.
Sé, que muchos de los docentes y alumnos que son homosexuales de la Facultad, hoy deben vivir “ocultos” e incluso “demostrar homofobia” que en gran medida está impuesta “sigilosamente y por medios sutiles”.
Pedido para suspender
la Marcha de SOMOS gay
El derecho a la Libertad de Expresión, no necesariamente es el derecho a decir o cuestionar con palabras. Es también el derecho que uno tiene de vestirse, vivir y comportarse como  desearía.
Ese cliché que se tiene de que “un/a buen/a alumno/a” es aquel/aquella que viene “bien vestido y elegante” son imposiciones de un modelo que debe ser desechado de nuestra universidad.
Cuando por primera vez me toco ir a una Universidad en el Exterior, los estudiantes no iban vestidos como para una fiesta o algún desfile de modelo. Muy por el contrario, sus ropas, expresiones e incluso toda su personalidad, evocaba un sentimiento de libertad absoluta, donde lo más importante eran los conocimientos y no la ropa.
Debemos convenir que “el uniforme”, los “modos de comportamiento”, las “formas de vestirse” son elementos culturales que sirven como “instrumento” para “imponer un modelo de conducta” e incluso, establecer “criterios de sumisión y poder”, de acuerdo a los parámetros en que fueron formadas las autoridades. Normalmente apegados a los dogmas y doctrinas religiosas.
Que el Docente deba ser “un hombre hecho y derecho” o la Docente deba ser “una señora distinguida”, y en ambos casos "heterosexuales", cuando en realidad ellos deberían de disfrutar sus propias sexualidades o sus formas de vestir de una manera tal que puedan sentirse libres, sin que eso signifique un "prejuicio" con relación a su capacidad profesional, es el ideal para construir una Universidad más abierta.
Afiche por la Marcha del Orgullo Gay
de El Surtidor
Pregunto, para que se pongan a observar a su alrededor.
¿Cuantos docentes (varones) con pelo largo y barba han visto en las aulas?
¿Cuantos docentes han asistido a clase con algún tipo de ropa, que no sea un traje? 
¿Cuántos docentes han expresado un apoyo a movimientos homosexuales?
¿Cuántos docentes han dicho que son homosexuales?
Entiendo que la libertad, también consiste en la voluntad de vivir “oculto” o manteniendo las apariencias.  Sin embargo, siento que muchos de ellos tengan que expresar sus sentimientos de manera oculta o no abiertamente.
No lo siento por mí, sino por ellos. Porque veo como “tienen que guardarse las opiniones” para no hacer “enojar” a la autoridad de turno. Ser libre es un Derecho Humano y desde este espacio, les apoyaremos sin temor.
Para finalizar, les dejo este mensaje:

“Es importante la participación y más que nada la acción que permita tomar conciencia para hacer visible los cambios para la verdadera igualdad de derechos. La sociedad paraguaya poco a poco va creciendo, pero es necesario el apoyo de las personas y así avanzar en un país más justo, donde vivamos libres y sin discriminación por nuestra orientación sexual y/o identidad de género.[1]

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