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martes, 21 de agosto de 2018

“NO SOY CRIMINAL, SOY UN HOMBRE TRABAJADOR”

Por Elva Espinoza
¡No soy criminal, soy un hombre trabajador! gritaba indignado el hombre postrado en silla de ruedas, mientras relataba momentos crueles que vivió en el frio calabozo de la 1ra. El turista brasileño, Joel Leal llegó a Ciudad del Este el martes 14 de agosto de modo a hacer compras junto con su esposa y sus hijos menores. Nunca imaginó que unos policías lo humillarían, lo torturarían durante casi 5 horas, con el fin de despojarle de dinero.
“Fui humillado ahí adentro, yo soy un hombre trabajador, jubilado de familia honesta, no tengo nada, mi padre es abogado, también jubilado. Yo quiero a todos en la cárcel-refiriéndose a los policías- , todos, bandidos, criminales, estoy hace tres días sin dormir por cuidar de mi familia, ellos me amenazaron, me secuestraron” expresó dolido el hombre.
Se trata de la penosa historia del ciudadano brasileño quien sintió el sabor amargo de la corrupción policial en el Este del país. Con ello se destapó un esquema extorsivo también denunciado un día antes por otro paisano suyo. En la comisaría 1ra, del barrio San Agustín, como en tantas otras del país, los agentes actuaban como verdaderos delincuentes.
Leal y su familia llegaron al territorio paraguayo, y accidentalmente atropellaron una vereda, reventando uno de los neumáticos del rodado en que se desplazaban. Poco tiempo después, llegaron al lugar unos efectivos policiales, quienes sin mediar palabras, trasladaron a los extranjeros hasta la sede policial. Allí, lo mantuvieron a Leal en un calabozo para extorsionarlo, su libertad valía 15 mil reales.
Su esposa desesperada tomó un taxi para buscar dinero, dejando a sus pequeños en la recepción de la comisaría, y su marido en la celda. La mujer entregó 4.500 reales a los involucrados a cambio de la libertad de Leal.
El esquema era supuestamente encabezado por el comisario Gustavo Adolfo Vera Bertolo en complicidad de los suboficiales Armando Sanabria Gauto, Víctor David Sanabria Gauto, y Adolfo Concepción Fernández Fernández, así también con el oficial Ronald González, suboficial Blas Cardozo y suboficial Fernando Llamas. Los agentes mencionados ya se encuentran en prisión desde ayer.
Con este artículo no pretendo individualizar la corrupción, es más, con ello podemos evaluar la estructura organizacional de la policía nacional corrupta, vinculada solapadamente con el poder político. Digo solapadamente porque con el poder político se conformaron determinaciones sociopolíticas corruptas y redes institucionales ilegales e impunes.
Estos delincuentes de uniforme, disfrutan del privilegio de la exoneración en lugar de ir a la cárcel, se reciclan en estructuras que les confieren casi el mismo poder para cometer los hechos delictivos olvidando que la fuerza policial deber ser respetuosa del Estado de derecho, de los derechos humanos y sus garantías fundamentales.

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