El Tao engendra a la Unidad,
La Unidad engendra a la Dualidad,
La Dualidad engendra a la Tríada.
La Tríada engendra a los Diez Mil seres.
Los Diez Mil seres llevan el Yin en sus espaldas y el Yang en
sus frentes,
Y la armonía de su Chi depende del equilibrio entre estas dos
fuerzas”.
Por Salvatore Brienza
Uno de los
dogmas de la fe Católica es el de la Santísima Trinidad. Tres personas y un
solo Dios. Personalmente, debo reconocer, es uno de los dogmas que más me
gustan. Pero no es porque lo diga la iglesia, sino porque es el vestigio del
pensamiento platónico de la divinidad. Y es el que más revela, sobre Dios.
Varios mitos
antiguos, no lo llamo pagano por respeto a las demás creencias religiosas, pero
para los primitivos cristianos eran la única forma de justificar, la existencia
de un solo Dios, que es Padre y otro dios que es Hijo y que en medio de ellos
revolotea otro dios que es el Espíritu Santo. Que tiene forma de paloma de la
Paz.
Para los que
no sepan, les dejo una explicación y un link de los “guerreros con Cristo” para
entender de donde viene todo esto.
“La Trinidad se originó del pensamiento
de Platón, el cual creía en triadas de dioses, según el sistema religioso
adoptado de Babilonia, que abarcó todas las demás religiones antiguas y también
las pos-platónicas, dando origen a la creación mitológica de las tres personas
distintas que conforman la Trinidad Nicena de Atanasio y que es enseñanza
central en la mayoría de las iglesias cristianas”.
Pero el tema
central tiene que ver con la familia terrenal del “hijo de Dios”. Que viene a
ser una “familia no convencional”, para los cánones de la época y más aún para
los de ahora.
Según el
esquema básico la familia es papá (Varón), mamá (Nena) e hijos(Varones y/o nenas).
Para Jesús, “en aquellos tiempos” como dice la biblia, eran Papá (José) y Mamá
(María). Lo que nadie entiende, por eso es uno de los misterios de la Iglesia Católica,
es que siendo Jesús un "hijo/no hijo de José" era hijo del Dios Padre. Que no
pudiendo bajar del cielo para engendrar, por cuestiones misteriosas también que
sólo él sabe, envió a una blanca paloma a engendrar a María. Recordemos que antes
fue anunciado a ambos, José y María, a través del Ángel del Señor.
Entonces,
podemos decir que para la sociedad Jesús era hijo de José y María.
Pero todos
en la comunidad sabían, que José ya era muy viejo para tener hijos. Era viudo y
ya tenía hijos de su primer matrimonio. Por tanto, María convivió con José siendo
ella mucho más joven. Se cree que era una mujer púber todavía. Y todos debían de
haber entendido que Jesús no era hijo de José. Por una cuestión natural.
Nada es
extraño en la biblia, José no repudió a María, como era costumbre en el mundo
judío. Para las mujeres que tenían hijos que no eran de sus esposos, el único camino
era el repudio.
Solo la envió
a visitar a su prima Isabel. Que también estaba esperando un hijo de Dios (Juan,
el Bautista). Porque Isabel, siendo anciana, tampoco podía tener hijos y Dios,
en su infinita bondad, también le concedió la gracia de tener un hijo de su
esposo Zacarías. Paradójicamente, también fue un Ángel quien le anuncio a ambos.
En términos bíblicos, la familia de Jesús
es el modelo a seguir.
Contexto actual
En tiempos
actuales, que pasaría si una mujer se embaraza de otra persona que no es su
marido. Ocurrirá el adulterio, y probablemente, la separación y el divorcio en términos
legales. Pero si la misma mujer le dice: “Que una blanca paloma es el que la
engendró”. Estaríamos hablando de zoofilia, que implica tener sexo con animales.
Por otro
lado, si la misma mujer le dice al marido: “Es un hijo de Dios”…,
probablemente, le tratarían de loca o de adultera, bandida, y todas esas
palabras que gusta decir a los “santularios”.
Probablemente,
la familia del marido, saldrá en contra de la esposa adultera y todas las
mujeres hablarán mal de ella, incluida la suegra.
Seguro que
consultarán con algún sacerdote, y el mismo le dirá que “ella no puede más
recibir la comunión, por violar el sagrado rito del matrimonio y está en
situación de pecado”.
En términos actuales,
la familia de Jesús sería una familia dividida, expulsada de la iglesia e
incluso, él mismo, no se hubiera podido bautizar por ser hijo de una mujer adúltera.
En términos sociológicos
Si vamos a clasificar a la entorno de Jesús, según la Dirección General
de Estadísticas, Encuestas y Censos, estaríamos
hablando de una “familia nuclear incompleta”.
Para entender,
“El
censo considera hogar a todas las
personas que viven juntas bajo el mismo techo y comparten los gastos de
alimentación (olla común) […], los hogares nucleares representan a poco más
de la mitad del total. Los completos quintuplican a los incompletos en el 2002
pero éstos (los incompletos) se consolidan. Los hogares extendidos ya son
uno de cada tres.., […] Los tipos de hogares pueden ser unipersonal o
multipersonal. […]”.
Según Caballero Merlo, (2009) los hogares se
clasifican en:
1. Hogar Unipersonal: Una sola persona viviendo en la casa.
2. Hogar Multipersonal: compuesto por familias nucleares, extendidas
o compuestas.
a-
Hogar nuclear (Caballero, 2009) “está compuesto por la pareja
de esposos con o sin hijos solteros o de la jefatura, masculina o femenina, con
hijos solteros”.
Esta forma de hogar nuclear, se subdivide en:
a.
Completo: Ambos cónyuges con o sin hijos solteros.
b.
Incompleto: Jefe de hogar (padre o madre), e hijo/s soltero/s.
b-
Hogar extendido: es un hogar nuclear y uno o más parientes.
c-
Hogar compuesto: es una familia nuclear o extendida y otra u
otras personas no emparentadas con los Jefes de hogar.
Pero un dato significativo es que desde el
2002, (Caballero, 2009) los hogares nucleares “completos se han reducido, los incompletos se han expandido”. Este
fenómeno tiene que ver con varios factores, entre ellos, la emancipación de la
mujer en términos profesionales y económicos, el relativo valor indisoluble del
matrimonio y las uniones de hecho.
Un dato curioso, es que en Paraguay las
parejas “o se unen para procrear o se
unen porque ya tienen descendencia”(Caballero, 2009). Sin embargo, los
hogares monoparentales incompletos, jefatura femenina con hijos, son una mayoría
importante. Y entre éstas jefaturas femeninas, las divorciadas y separadas, son
las que presentan más alta tasa de actividad.
Conclusión
Cuando discutimos temas referentes a la
familia y su composición, debemos de mirar siempre a nuestro alrededor. Es probable,
que no seamos una familia, hecha y derecha en términos formales y religiosos;
pero quizás formemos parte de ese modelo de familia que “no quiere nuestra
religión”, porque es parte de un dogma o una imposición del sacerdote o pastor.
No podemos usar una religión como argumento
en una sociedad laica. No somos una sociedad teocrática. Dejamos de serlo en
1811, aunque luego “caímos en el pecado de volvernos teocráticos”. El propio
Dr. Francia, doscientos años atrás, ya había entendido esta realidad.
Si queremos una formación religiosa para nuestros hijos, que vayan a colegios
religiosos. Pero en las escuelas públicas, deben reinar el laicismo, la
inclusión y la diversidad.
Nuestros hijos, y los hijos de nuestros
hijos, construirán su mundo en valores más amplios que en el “falso espíritu religioso”.
Serán lo que ellos decidan ser. No lo que nosotros digamos que sean.
He visto, y me consta, que mucha gente,
señores y señoras casadas y con hijos -y éstos también- no asumen sus condiciones sexuales, porque
tienen miedo al qué dirán. Y sin embargo, “meten en sus bocas, el cuerpo de
Cristo todos los domingos. Besan a sus esposas/os e hijos/as, padres y madres,
luego de estar con sus amantes” y se vuelven, literalmente, locos cuando se habla de género y
libertad sexual.
Jesús hubiera estado en contra de “los
que pregonan a gritos que la ideología de género promueve la destrucción de la
familia.” Los hubiera corrido con látigos, y además, les hubiera
restringido el ingreso a su comunidad. “El
que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”, les diría.
Recordemos que Jesús vivía rodeado de “pecadores y publicanos, prostitutas y
ladrones” y hasta en su muerte, estuvieron a su lado. Entendía lo que es
ser excluido de la normalidad. Era un anormal entre sus contemporáneos. Nadie comprendió
que nació en una familia atípica. En un hogar nuclear incompleto.
Sus amigos eran “los pobres y los marginados”
y vivían felices disfrutando de la vida. Ese mismo hecho era motivo de
discusión y rechazo entre los propios discípulos de Jesús y, más aún, entre los
“hipócritas del Sanedrín”. Es para pensar.
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