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viernes, 31 de julio de 2020

La banalidad del mal

Por Virgilio Cantero

En telefuturo, en un programa de farándula plantearon la pregunta: Stroessner, ¿héroe o villano?, lo que ha generado una serie de controversia mediática y hasta intervenciones de organismos de DDHH.

Hannah Harendt, en el marco del juicio a Adolf Eichmann planteó la idea de la banalidad del mal al analizar la conducta del procesado durante su desempeño como funcionario de la maquinaria nazi enfocada en la solución final.

La banalidad del mal a grande rasgo resalta la actitud del individuo empeñado en seguir las reglas y las normas de un sistema sin preocuparse por la  naturaleza y consecuencias  de sus actos, pudiendo ser estos el sufrimiento, la tortura o muerte de seres humanos.

En la actualidad, en el marco de las redes sociales y los medios masivos de comunicación se dan posibilidades reales de libertad de expresión y en ese contexto los tratamientos de temáticas sensibles muchas veces se banalizan, sean por opiniones fanáticas, acríticas o direccionamiento interesado de cierto sector.

El dolor ajeno, el sufrimiento del otro,  ya no nos interpela ni mueve nuestra compasión, más bien nos impele a compartir en nuestras redes para contabilizar los Like y vistos que nos afirman muchas veces de manera narcisista en el virtual e irreal espacio de redes sociales.

Sin ahondar en la controversia o en los debates suscitado quiero hacer  un análisis rápido del espacio en donde surge este planteo y el tratamiento que se le ha dado.

La pregunta del programa farandulero, pone en tela de juicio hechos objetivos  debidamente documentados de las barbaridades cometidas durante la dictadura con un tratamiento banal, lleno de lugares comunes  en un espacio televisivo impropio para un abordaje tan serio.

Este planteamiento desnuda el rostro real de la prensa corporativa y sus diversos métodos de instalar ideas tendientes a legalizar, normalizar o aceptar hechos, personas y situaciones que configuran practicas criminales.

Supone también los intentos de los poderosos por borrar de la memoria colectiva los crímenes del cual son herederos y beneficiarios, buscando hoy el blanqueamiento que permite el olvido a través de  la banalidad.

La farándula, donde el morbo y el amarillismo es el producto de consumo masivo no puede ser el espacio donde se dilucide una pregunta que a más de retórica es falaz y mal intencionada

Por una ética mínima de prensa,  un hecho histórico que ha generado el dolor y sufrimiento de muchos ciudadanos paraguayos no debería ser abordado tan a la ligera en aras de polémicas vacías o pico de rating efímeros.

Sigue  siendo válido el llamamiento de  Hannah Harendt para estar atentos a toda banalización del mal,   muy recurrente en la sociedad occidental y más que nunca en esta compleja situación de pandemia en la que estamos, donde vemos el surgimiento y fortalecimiento de gobiernos fascistas, culpables directo de la muerte de miles de personas, anteponiéndose lo económico a vida misma y lo peor muchas veces decidiendo quienes van a morir basado en su posibilidad productiva.

En nuestro país, donde la dictadura nunca fue erradicada y cuyos resabios aparecen con más frecuencia se torna necesario el ejercicio de la opinión crítica, la memoria y la lucha contra toda banalización del mal, más aún el de la dictadura.

Finalmente es válido repetir, DICTADURA NUNCA MÁS, NI OLVIDO, NI PERDON.

miércoles, 20 de junio de 2018

MORUMBI, EL TESTIGO


Por Virgilio Cantero

Morumbí es testigo silencioso de años de tragedias. Primero cayeron sus gigantes lapachos bajo el asedio de filosas hachas  de los "Mensu";  esos esclavos asalariados del codicioso capital extranjero y de las empresas forestales.
Junto al lapacho también cayó  el AVA y el “guayaki”a  quienes, como en épocas coloniales se les negó su condición humana condenándolos a la muerte y justificando el etnocidio. Este hecho,  significó la negación y constituyó una anestesia antropológica basada en la superioridad y al mismo tiempo, anestesia ideológica para perpetuar la opresión y la explotación del propio Mensú. Hombre a  quien por una hábil dialéctica recuperaba su disminuida condición humana frente al homúnculo aborigen, Así Morumbi fue testigo silencioso de muertes inocentes. Primero del lapacho, luego del indio y finalmente el  Mensu. Por Morumbi, por sus vertebras y venas  circula el telúrico torrente de un país prodigo en riquezas naturales.
Estas trágicas muertes vegetal, telúrica y  humana  se oculta bajo el discurso del progreso y el desarrollo. Hoy se ocultan detrás de la propiedad privada, la macroeconomía y del oro verde. Estas trágicas muertes, donde inocentes caen bajo la instigación asesina de oscuros personajes de un pasado nefasto. Hoy se presentan como “propietarios” del agronegocio y defensores acérrimos de la propiedad privada. Propiedad discutible desde todo punto de vista, pero producto del latrocinio y de las manipulaciones jurídicas de usucapiones que disfrazan el robo y el apoderamiento tramposo y rastrero.
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Así como al indio, hoy al campesino se le niega su identidad, a las anestesias antropológicas e ideológicas se han sumado otras nuevas, las económicas y las financieras que han relegado al campesino a la pobreza, al abandono y la criminalización por partes de sectores, algunos retardatarios,  quienes por progreso entienden la acumulación codiciosa  de capital y el monopolio de tierras y riquezas. Para un país pequeño bastan y sobran, las riquezas naturales, sin embargo cada vez son más los desheredados y los pobres.
Para SER campesino en el Paraguay hay que contentarse con una categoría de ciudadano de segunda. Considerado haragán y condenado a trabajar la tierra con machete, arado y asada con una tecnología que apenas sale de la edad de hierro sin posibilidades de progreso económico, material y muchos menos intelectual.
Para SER campesino hay que callar ante las injusticias, como la irregular distribución de la tierra. Hay que contentarse con un pedazo de tierra de 20 hectáreas o menos.  Para trabajar y asentarse en ella con una prole numerosa, lejos de todo, para ser campesino no hay que asumir posturas políticas sino contentarse con las ideologías de los señores y de los políticos quienes en actos de bondad y filantropía han asumido la dirección de la conciencia campesina. 
Para SER campesino en el Paraguay hay que agachar la cabeza frente al altivo citadino, tan desposeído y pobre como él, pero considerado superior por ser habitante de la urbe, aunque sometido también a otras opresiones.
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Para SER campesino en el Paraguay no hay que aspirar a mucho, hay que contentarse y enorgullecerse de la riquezas que produce el país con los sojeros, los estancieros  y los empresarios (que juntos no aportan  ni siquiera el 10% del Producto Interno Bruto del Paraguay aunque en sus manos se encuentren el 90% de las riquezas). Hay que defender sus intereses en  periodo electoral, votando a  los partidos políticos cuyos principios giran en torno al nacionalismo, al agrarismo  y la libertad; aunque eso no dificulte defender intereses de empresas y productores extranjeros sometiendo y encarcelando al campesino “subersivo” “si necesario fuere”.
Como en antaño, Morumbi fue testigo nuevamente de la muerte de inocentes. Muertes fratricidas engendradas en una lenta pero dolorosa historia de injusticia social que gira alrededor de la  distribución de tierras en Paraguay y que en Morumbi,  como  el mensú, el indio y el bosque, concluyó en la muerte de los desposeídos. Unos, defendiendo una ley y un sistema injusto que predica la propiedad privada aunque esta sea resultado del latrocinio y del oportunismo político, y otros, cegados tal vez por una falsa ideología a las que llegaron tras mas de un siglo de deambular errático sin que sus quejas y súplicas hayan sido oídas por los gobiernos de turno.
Morumbi es simplemente una geografía específica  donde el campesino en gran medida ha sido avasallado y robado sistemáticamente. 
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Toda violencia engendra nueva violencia. Ella es la antipanacea a los problemas del campo en el Paraguay. Esta, en particular, nos deja el mensaje de que un sector del "campesinado", no autodenominado,  sino genuino y combativo, se sacude para liberarse del yugo opresor. No es la manera, pero es la opción. 
Ellos eligen frente a las violencias, sutiles y no tan sutiles, con que siempre fueron tratados. Violencia por la venta masiva de la tierras públicas. Por la apropiación ilegítima de políticos y militares de extensos territorios. Por el degüello de los lideres de la liga agraria  campesina durante la pascua dolorosa. 
La ciudadanía debe estar atenta a los signos de los tiempos. Debe empezar a leer entre líneas. 
No es el momento de etiquetarnos o rotularnos en exacerbaciones como izquierda o derecha, guerrilleros o institucionalista. Es hora de estar atentos, frente a los políticos, los  pescadores de río revuelto y las indignaciones verborrágicas de oficinas y buro.

sábado, 28 de abril de 2018

RETROCESO, CRISIS…. ¿ESPERANZA?

Por Virgilio Cantero


En el contexto de las elecciones, y las diversas campañas políticas, afloran en el Paraguay sentimientos emocionales en torno a las preferencias políticas de los electores, llegando a polarizar las tendencias y anular todo razonamiento objetivo, que podría  permitir una elección,  en base a propuestas y proyectos de gobierno.
Desde esta perspectiva, los candidatos más representativos construyeron sus campañas electorales buscando desprestigiar de diversa manera al contendiente,  despreocupándose en gran medida por presentar planes futuros de gobierno.
Este juego de desprestigio se reproduce en todas las esferas sociales, constituyéndose luego en una visión maniquea,  llevando al extremo las polarizaciones sin posibilidad de retorno alguno.
De estas polarizaciones y emocionalismos colectivos se sirven los partidos tradicionales para mantenerse y fortalecerse en el poder y también, a partir de estos elementos, se ataca y ningunea toda voz disidente o crítica. Es impresionante que profesionales de alta formación intelectual militen en las filas de estas nucleaciones justificando, e inclusive legalizando,  dichas estructuras salpicadas por hechos innegables de corrupción.
Los diversos candidatos de los partidos tradicionales están salpicados de denuncias de corrupción lo que en cualquier sistema político, medianamente sano, constituiría al menos un elemento ético de impugnación. Pero en el Paraguay se presentan y son elegidos sin empacho alguno; lo que es un claro ejemplo de desprecio por la justicia y la ética,  imprescindible en un sistema democrático.
http://www.heelhardlopen.nl/een-leuk-rondje-plannen/

Desde el 2012 asistimos a una marcada destrucción de la institucionalidad republicana y una constante violación del estado de derecho expresado en el ninguneo de la Constitución de 1992. Tal es así, que surgen  solapados abusos de poder hasta  abiertas expresiones que violentan libertades ciudadanas básicas.
Hace seis años, en un foro, Milda Rivarola en el contexto del Juicio Político a Fernando Lugo, expresaba cómo se rompía el  Contrato Social de 1992 y se la sustituía por  un modelo anterior. El año que viene, en el contexto de una posible Constituyente, tal sustitución podría completarse, lo que nos devolvería a una nueva forma de dictadura.
Como en épocas anteriores, el sistema democrático está en crisis y los que saben de historia  sabrán las consecuencias nefastas de tal crisis.
En esta coyuntura,  los diversos operadores políticos opositores  tendrían que plantear primero una autocrítica que posibilite una nueva forma de oposición basada antes que nada en el interés colectivo por sobre intereses grupales o individuales.
http://www.viviragradecidos.org/esperanza/
Es necesario volver a enseñar ideas como Democracia, Estado de Derecho, Constitución en el contexto actual ya que al parecer hay confusiones o desconocimientos al respecto lo que posibilita el retorno de los heraldos negros del pasado.
También los militantes de los partidos tradicionales deben comprender que la política no se construye sobre la base de tratos leoninos entre correligionarios, sino  en  una búsqueda constante y permanente del bien común.
Política no es pasión, es razón; no es tradición ni pasado, es presente y futuro; no  es un deporte que separa ganadores de perdedores, es  mancomunar esfuerzos y encuentros en pos del bien.

viernes, 20 de abril de 2018

LA AGENDA MEDIATICA


Por Virgilio Cantero
"El propósito de los medios masivos no es tanto informar y reportar lo que sucede, sino más bien dar forma a la opinión pública de acuerdo a las agendas del poder corporativo dominante”. 
Noam Chomsky

El domingo pasado un gran porcentaje de paraguayos ha asistido el llamado debate presidencial entre los candidatos “mejor posicionados” , un debate caracterizado por la mediocridad de las diversas propuestas planteadas y presentadas al elector.
Pero lo que  motiva escribir este artículo, es mirar y analizar a grande rasgos el papel de los medios tradicionales en el posicionamiento de los candidatos así como el rol que desempeñan condicionando  al electorado.
El llamado debate (que más bien fue una monótona contestación a preguntas previamente  presentadas y seleccionadas por los candidatos) dejó de lado a otros candidatos al  poder ejecutivo, siendo el criterio para su no inclusión el supuesto bajo caudal del electorado que tienen.
De esta manera, desde un falso supuesto se  condiciona, direcciona y acota la intención de voto del elector hacia los candidatos participantes del debate y a la vez se anula las posibilidades de empoderamiento de otras opciones políticas.
Son estrategias pensadas desde las estructuras de los partidos tradicionales y en sí constituyen ejercicios de poder antidemocráticos  del cual la prensa tradicional es cómplice.
Aceptar el supuesto buen posicionamiento de los candidatos es suponer que hubo una exposición mediática de todos los contendientes y que arrojó como resultado dicho posicionamiento, pero lo que en realidad ocurrió fue un ocultamiento sistemático de las otras propuestas más que nada por no contar estos  con los recursos necesarios para sostener una campaña mediática carísima.
Las corporaciones, dueñas de la prensa,  cercenan el derecho a la información y encausan nuestros gustos  y hasta nuestra capacidad crítica a tal punto que hoy debatimos sobre a quiénes otorgar nuestros votos,  teniendo como referencia a los candidatos de los partidos tradicionales que desde 1887 vienen rifando este país  bajo diversos modelos de “use y abuse”.
Desde el 2012 experimentamos un franco retroceso democrático, retroceso que puede  fortalecerse dependiendo del candidato que gane estas elecciones, los ciudadanos y por sobre todo los que tenemos roles en la formación de conciencia crítica tenemos una ardua y hasta peligrosa tarea por venir, también es necesario plantear el debate sobre el rol de la prensa en estas coyunturas y desarticular falacias antidemocráticas.  

jueves, 22 de marzo de 2018

“Y EL PREMIO ES PARA…,?”


Por Virgilio Cantero

La expresión de la senadora nacional Zulma Gómez es el fiel reflejo de la idiosincrasia de una amplia franja de paraguayos que frente a lo diferente o lo “a-normal” asume posturas de rechazo.
 Motivado, únicamente, en el desconocimiento, y asociado luego a estereotipos que, finalmente, se asumen como verdaderos e incuestionables.
Estas posturas se reproducen en el seno de nuestra sociedad de manera constante. Reforzados, generalmente, en ámbitos religiosos y políticos. Espacios que por su carácter reaccionario,  lo vuelven elementos de cohesión grupal al señalar un “enemigo común” contra el cual luchar.
Nietzsche afirmaba que “no hay nada más peligroso que las convicciones”. Pero estar convencido  de algo no significa estar en la verdad o la certeza.
Sin embargo, Zulma Gómez habló desde sus convicciones. La manera y los términos que utilizó se encuadran perfectamente dentro de la libertad de expresión. Lo malo es utilizar esta libertad para censurar  y perseguir libertades de otras personas.
El paraguayo asume una moral pública, el de la mayoría, y  se alinea generalmente dentro de lo “políticamente correcto”; pero en la intimidad, sin mayores dilemas,  puede asumir y gustar aquello que rechaza públicamente. Así, sin mayores problemas responde AMEN a una oración mañanera  enviada en el grupo  de padres,  al tiempo que comparte un video pornográfico (heterosexual, lésbico, gay, zoófilo, etc.)   en su grupo de “la canchita” para terminar expresando su rechazo de la “ideología de género”.
Esta hipocresía y doble moral social resultante de nuestras estrecheces intelectuales van minando y destruyendo profundamente las posibilidades de construir una sociedad, mínimamente, democrática.
Finalmente, las groseras declaraciones de la legisladora ensucian aún más  la ya disminuida imagen del congreso, y creo, que se le aplica  perfectamente la reflexión que hizo la actriz galardonada quien afirmó que la: “integridad  moral y ética de los representantes del pueblo no son negociables y quienes no reúnan estos requisitos deben ser apartados sin demora”.

martes, 13 de marzo de 2018

ETICA Y REALPOLITIK

Por Virgilio Cantero

En Paraguay la política en gran medida, a lo largo de su historia, se ha desarrollado como un elemento pasional que aglutina a las masas. Las ideologías, los principios y fundamentos se constituyen en una especie de  ropaje legal que justifica cierto accionar; pero en sí, no constituyen elementos que establezcan un norte para sus afiliados.
En nuestro país la realpolitik es el verdadero factor de las movidas políticas, con la salvedad de que los intereses defendidos, casi siempre, no son los intereses de la nación, sino de grupos poderosos en constante relación de  fuerzas.
 La realpolitik es la política de lo inmediato, de lo coyuntural  teniendo en cuenta el entorno y los intereses de un país para establecer un equilibrio que permita la gobernabilidad y  la satisfacción de los intereses y deseos de los diversos actores, al menos así fue pensada en contexto de la Pre Primera Guerra Mundial.
Causa preocupación que los diversos actores políticos, enfrascados en sus luchas, deseos e intereses,  posterguen de una manera abierta la construcción de un proyecto político que realmente pueda beneficiar a los ciudadanos en general.

Desde el 2012, asistimos el marcado y rápido deterioro de las instituciones republicanas,  programado y ejecutado sistemáticamente por individuos con nula vocación política y con un alto desprecio por la institucionalidad.
A pocos días de las elecciones generales y analizando los intensos movimientos podemos constatar que todo al final se trata de posicionamientos estratégicos dentro del futuro esquema de poder, pero en definitiva no existen propuestas de gobierno y acciones a ser implementadas a favor de la ciudadanía
Todos se posicionan enmarcados en alianzas impensables y “abrazos imposibles”. 
La ética política en Paraguay es un mero elemento decorativo y discursivo al que se le puede encontrar “la vuelta” cuando la coyuntura así lo exige.
La victoria de Mario Abdo en las últimas internas del partido colorado se debe al discurso de rechazo al modelo cartista de gobernar. Un rechazo que comparte una amplia mayoría del electorado paraguayo, aunque en la actualidad el victorioso es absorbido por el derrotado. Una alianza estratégica teniendo en cuenta la estructura estatal como factor determinante para la victoria electoral.
Pareciera ser que las categorías y la lógica de los partidos tradicionales aún no se han actualizado teniendo en cuenta que el electorado paraguayo  ha desarrollado una mayor conciencia democrática. Ya en el 2008, contra todo pronóstico, se pudo vencer al partido colorado y en otras elecciones de menor rango la oposición pudo ocupar espacios que estaban en manos coloradas,  como es el caso de la intendencia de Asunción.
Los ciudadanos tenemos que seguir bregando  para que la política  no sea bastardeada por coyunturas espurias. La ética política, como materia pendiente, debe ser instalada para fijar el accionar político de todos los que estamos involucrados  en la construcción de un mejor país.