Desde el inicio de su gobierno, lo que Peña decide en el Palacio de los López o en Mburuvicha Róga, es "vetado en el Quincho" de la calle España.
Y todo por atrás. Como vil traidores.
Sus superministros, Lea Giménez y Carlos Fernández Valdovinos, son técnicos "Chicago boys" como Santiago Peña, y sólo miran números y no las consecuencias políticas de los proyectos de gobierno.
Porque si tuvieran un proyecto en serio, definido como un Plan Estratégico y Político 2023-2028, no hubieran tenido tantos contratiempos en estos siete meses de gobierno. Contratiempos que es "obra y gracia" de sus propios correligionarios.
Pero resultó que un acuerdo internacional no se deroga por capricho de unos "políticos tilingos e inescrupulosos" como el Senador Bachi Núñez u otros, que colocaron el discurso "homofóbico" como parte de la campaña electoral. Los politicos que "no chupan hierro, ni comen vidrio", porque a sabiendas de lo que iba a pasar, "engañaron a la ciudadanía" prometieron algo que no podrían cumplir. Y el elector, terminó comiendo "hule". Pero ellos "ya están mejor".
"Reculators ON"Hablaron de "imponerse a la Argentina con relación a la Hidrovia y Yacyreta", haciendose los duros y recios, pero tuvieron que volver para atrás, porque nos afectaba directamente.
Con el Acuerdo por Itaipu y las negociaciones para un "nuevo Tratado", no dejaron de andar dubitativamente y se fueron a hacerse "los guapitos" frente a Lula e Itamaraty y terminaron "pisando el palito" que los "lobos de la diplomacia bandeirante" dejaron al pie de Lula y fue Peña quien pisó.
Ahora Lula quiere hablar de "proyectos sociales y de inversión" a cambio de "discutir tarifas" que le convienen al Brasil.
Y no vamos a mencionar el "Reculator" en el tema del PSE 2023 de la Itaipu Binacional.
Un aviso en redes sociales, la Presidencia anunciaba una Conferencia de Prensa, para el día siguiente a las 9:00 de la mañana.
Al día siguiente, el Presidente Santiago Peña anunció con "bombos, platillos y trompetas" frente a la fachada (de atrás, que es el frente) del Palacio de López y en presencia de los Gobernadores, quienes apoyaron a "tambor batiente" la iniciativa presidencial de "centralizar los fondos del FONACIDE y Royalties", para mejorar la alimentación y construcciones en las escuelas y colegios públicos del país. Los Gobernadores, por primera vez en 35 años de democracia, serían "el brazo de los proyectos del ejecutivo en los departamentos del pais". (Con excepción de Central, donde el gobernador es Liberal y posible candidato a Presidente por el PLRA o la oposición)
Que el dinero de FONACIDE y Royalties, destinado a la Educación y en específico a Obras y Alimentos, serían administrados por el Ministro de Acción Social, Tadeo Rojas y un Fondo Nacional para la Alimentación Educativa (FONAE), quitando todos los fondos a los Intendentes del País presagió negras nubes en el horizonte.
Esa misma mañana, Santiago Peña, "tuvo fiebre y algún problema estomacal que nadie supo explicar" mientras "los voceros y rumores de prensa" decían que "se sintió mal"; al parecer llovieron llamadas "en el Quincho".
"Tuke, akãky'o, zaplé, güeykaka, nambiro" o el popular "huevito" era el castigo en la escuela entre los compañeros o que alguna maestra aplicaba a sus alumnos cuando alguien fallaba.
Es bien sabido en todo el país, que el dinero del Fonacide y los Royalties es parte importante de los fondos que los Intendentes y Concejales "reparten entre familiares y amigos" para adjudicar meriendas y almuerzos generando una "nueva casta de millonarios" que deben "ayudar" en época de campaña.
Incluso algunos dijeron "que ya no sabían que iban a hacer en sus municipios" si les quitaban los Fondos Sociales.
El Hambre de los Intendentes le ganó al Hambre de los Niños Escolarizados del país.
Duele decirlo.
Porque duele que los Intendentes se presenten como si fueran los salvadores de la patria sabiendo que muchos no rinden cuentas, tienen obras fantasmas o licitan por "galletitas rompedientes".
No tienen vergüenza. Le quitan la comida a los niños, no porque ellos se lo comen, sino porque en muchos casos, ni siquiera llegan las meriendas o almuerzos. Sino que va directo a sus bolsillos.
Muchos Intendentes y Concejales llenan sus municipios con amigos y parientes al igual que los Senadores y Diputados lo hacen en el Legislativo, aumentando, de manera desproporcionada, la cantidad de funcionarios y liquidando los presupuestos municipales beneficiando a sus "operadores políticos".
Una frase tantas veces repetida, en campaña electoral, dice: "quien paga para llegar, llega para robar".
Y aunque tengo muy buenos amigos en todos los partidos, les pido "que sigan comprometidos en que no van a ofrecer cargos a cambio de votos".
Que la gente les vote porque tienen buen corazón y no porque compraron el voto para llegar. No es ningún mérito político haber comprado siquiera un voto.
"Es una humillación para el pobre que vende y un delito para el delincuente que compra".
A partir de hoy, los niños del país tendrán "de nuevo" galletitas rompedientes como merienda y un "mbaipy" (mejunje) como almuerzo.
Quizás un 5% de todos los proveedores cumplan con los estándares requeridos, pero el resto los mancha a todos por igual.
No podemos "separar la paja del trigo, porque hay más paja que trigo".
Y mientras no haya transparencia en el manejo de los fondos educativos y un control ciudadano fuerte y comprometido, seguiremos teniendo niños desnutridos que van a la escuela a estudiar con el estómago vacío, no pudiendo siquiera asimilar lo que le enseñan sus "profesores mediocres" (Frase del Senador Colorado Beto Ovelar).