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miércoles, 3 de agosto de 2022

EL RECESO COMO ESPACIO DE APRENDIZAJE

Por Tito Benítez - Psicólogo

El niño, como sostiene Montessori en su libro “La mente absorbente del niño” se encuentra en un período sensible de aprendizaje. Cualquier tipo de estímulos lo absorbe como esponja, sea desde la forma en que se utilizan las palabras, la intencionalidad, las conductas repetitivas frente al niño, la actitud ante ciertas circunstancias, la forma que lo tratan, el modo en que abordan sus preguntas; en fin, todo es importante. Por ello es prioridad cuidar estos detalles.

El receso, o recreo como algunos conocen, también es un espacio donde el niño continúa su proceso de aprendizaje. Esto no se limita sólo a las clases, ni a lo que dicta la profesora, ni se suspende en horarios libres. Todo momento es oportuno para el aprendizaje. He ahí la importancia de organizar bien las actividades y cuidar los espacios para que se garantice qué mensaje es el que debe y puede recibir ese niño en la institución donde nos estamos desempeñando como maestros.

En este sentido, el receso no es un punto a parte al proceso de educación. El receso es parte importante del espacio de aprendizaje. En esos pocos minutos el niño continúa aprendiendo. No sólo es un tiempo para descansar el cuerpo y la mente de una determinada rutina.

Su cerebro se encuentra en la continua búsqueda de conceptos, imágenes, informaciones, ideas, busca conocer todo lo que esté en sus manos. La curiosidad es innata en el ser humano y eso se resalta, principalmente, cuando uno es niño. Por algo se denomina la edad del filósofo. Es cuando te pregunta de todo y se frustra cuando los adultos no sabemos contestar a sus cuestionamientos.

El receso es un espacio vital para el niño. Aprende a desarrollar las habilidades físicas, que beneficia el crecimiento y el desarrollo. Experimenta una rutina, que le será muy útil, no sólo como alumno; sino, especialmente, cuando sea adulto.

Sin embargo, el receso no sólo es eso. Es por sobre todas las cosas un espacio donde se desarrollan sus habilidades sociales. Es decir, a hacer amigos, reconocer reglas, compartir con otros, aprender juegos, aprender a ganar, a perder y una infinidad de situaciones que le serán bastante útiles si sabemos aprovechar estos momentos como momentos de enseñanza y aprendizaje significativos.

El receso es un espacio donde el niño aprende a convivir con el otro, es una habilidad para la vida. Esto parte de la idea de que el niño no solamente va a la escuela para aprender a leer y a escribir, sino para ser buen ciudadano, buena persona, que aprenda a disfrutar estar con los demás, respetando las ideas y particularidades. Es decir, a aceptar y a aceptarse frente al otro. Es una habilidad en constante desarrollo.

Es importante que las instituciones se pregunten cómo están abordando los recesos o los momentos recreativos. O si surge una situación, qué reflexiones y cómo abordamos los adultos determinadas sucesos planteados.

Recordemos que los profesionales de la educación somos nosotros y en parte es nuestra responsabilidad que aprendan a convivir, a discutir, a plantear ideas, situaciones, superar sus diferencias y respetar las individualidades.

Los adultos, también, tendríamos que preguntarnos si estamos en constante conflicto con el otro, cuales son los índices de violencia, las dificultades de nuestro relacionamiento en el trabajo o, como sucede a menudo, cuales son las reales dificultades para tolerar ideas distintas a las nuestras.

Es momento para que reflexionemos qué hemos hecho como institución educativa. Si no es así, algo está fallando en nuestro modelo de educación. Quizás, no seremos los únicos responsables, pero sí podemos ser parte de la solución.

Si cada día existen denuncias sobre acoso escolar, ese reporte de la realidad debe ser planteado en un espacio de reflexión y tomar los recaudos necesarios como para que se evite y se elimine de la sociedad, no sólo por el bien de la institución, sino por el bien de la misma sociedad. No considero positivo que normalicemos la violencia como parte de nuestras vidas.  

Para finalizar, aunque el ser humano sea un animal político y social por naturaleza, requiere que se desarrollen las habilidades y destrezas sociales desde el primer momento, en los diversos ambientes de convivencia, desde el rol que cumplimos cada uno.

El desarrollo de las habilidades y destrezas sociales es constante y para toda la vida, por eso somos seres en constante proceso de aprendizaje. La pregunta es: Qué hacemos en determinados espacios y situaciones para que se conviertan en momentos significativos de aprendizaje?

sábado, 23 de julio de 2022

El juego como espacio de aprendizaje

Por Tito Benítez
El juego es una característica inherente en el ser humano. No en vano algunos autores estudian la idea del “homo ludens” como una peculiaridad manifiesta y que distingue al ser humano de otro animal.
Posteriormente, se ha encontrado que mediante la etología comparada hay animales que en períodos sensibles de aprendizaje juegan para desarrollar o reforzar determinadas capacidades como las de la caza, liderazgo, fuerza, conflictos de manadas, etc.
Un claro ejemplo es posible confirmar con los animales domésticos como los gatos y perros en los primeros meses o años de vida. Mediante el juego desarrollan capacidades que para la vida adulta instintivamente requerirán para defenderse o sobrevivir.
En el ser humano  notamos como una característica que se desarrolla desde los primeros momentos de la vida. Incluso durante el embarazo la madre puede detectar momentos donde la criatura ya interactúa con el ambiente.
En los primeros años de vida el juego se hace esencial en el niño. Quienes juegan están desarrollando múltiples capacidades. Mediante el juego mueven sus cuerpos, coordinan los brazos, pueden caminar, corren, saltan, hablan, pueden reconocer normas y al reconocer a respetarlas, aprender a perder, a ganar. El juego también permite la socialización, conocer al vecino, hacer amigos, respetar ideas, compartir sentimientos, reconocer que existe el otro, etc.
El niño en ese momento no está simplemente “matando el tiempo”, está aprendiendo. Cada momento es un proceso de aprendizaje para el niño. Montessori habla de “la mente absorbente del niño” como un período sensible donde es posible aprender todo lo que se presenta delante de él.
Depende de lo que el adulto ponga delante del niño para que el mismo absorba como una capacidad o habilidad que pueda desarrollar. Para el niño es un juego, lo disfruta, se asombra con la novedad, con el juego, se predispone.
Para el adulto, existe lo que se llama la “intencionalidad pedagógica”, es decir, detrás de cada actividad, juego, situación, tengo la intención de que aprenda algo en ese momento. Se puede deducir, por lo tanto, que el juego no es un acto inocente. Siempre se aprende algo.
La pregunta que nos hacemos ahora es, ¿a qué juegos estamos dejando que los niños accedan? ¿Con qué intenciones dejamos que los niños jueguen, cuánto tiempo, con quiénes y qué capacidades permitimos que el niño desarrolle?
Me hago esta pregunta porque vemos que desde muy pequeños que se deja que accedan al universo de la tecnología. Y ese acceso casi irrestricto no todas las veces es acompañado por los adultos.
¿Qué habilidades estamos desarrollando o atrofiando en el niño cuando dejamos que accedan a esos juegos? ¿Qué otras actividades podíamos proponer como alternativas y que permitan el desarrollo de las habilidades acordes a la edad?
Es bueno que, como adultos, paremos un rato y pensemos qué estamos dando a nuestros niños y qué aprenden con esos juegos. En las vacaciones, están más tiempo en la casa, y siempre es oportuno proponer actividades que permitan la continuidad de lo que están aprendiendo en la escuela con la profesora.
De repente, podemos acercarnos a la escuela y pedir que nos ayuden a diseñar un plan de juegos que estén acordes a la edad, a la etapa y la intencionalidad de cada una.
Generalmente, no juega más el que tiene más juguetes, sino la capacidad creativa y la intencionalidad con la que le proponemos.
Así también, este espacio de juego, por más poco que dispongamos de tiempo los adultos, es el tiempo para compartir con nuestras criaturas. Como siempre decimos, no es la cantidad, sino la calidad del tiempo lo que importa.

martes, 31 de mayo de 2022

El compromiso que nos interpela

 

Por Tito Benítez, Psicólogo

Un día como hoy, pero del año 2004 fue encontrado el cuerpo de una niña de 11 años al pie del Cerro Yaguarón. Su nombre era Felicita Estigarribia. La víctima fue abusada sexualmente y estrangulada. El autor de aquel horrendo crimen hasta hoy día se encuentra prófugo. Esa es la razón por la cual cada 31 de mayo  recordamos el Día Nacional Contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes del Paraguay. (Pintos, 2022)

Datos nada alentadores.

Hoy es el día que nos invita a que reflexiones y aunemos esfuerzos para luchar contra este flagelo. Los datos no son nada favorables. Solo en lo que va del año 2022 se tiene aproximadamente 7 denuncias de abuso por día que llegan al Ministerio Público. Hasta el mes de abril  se recibieron 885, tal como indica la publicación de un medio capitalino. (2022)

Si hacemos un cuadro comparativo, en el 2019 se recibieron 3.284 denuncias; en el 2020, 2672 denuncias; 2957 en el año 2021 y en lo que va del año, ingresando el sexto mes, ya van 885. De estas denuncias, las nenas son las víctimas principales.

No soy amante de los números, pero estos datos sirven para que analicemos  hacia dónde estamos apuntando como sociedad. 

Discusiones necesarias

Este día nos llama a la conciencia que tenemos los adultos con respecto a los niños. No sólo por la implicancia penal, sino principalmente por el compromiso como miembros de una sociedad, padre, madre, hermano, hijo, primo, amigo o como profesional. Es la conciencia cívica para hablar por el niño que es víctima en ese momento. Nuestra actuación puede marcar la vida de ese niño o niña. Así que denunciar, más que un requerimiento  legal, es una cuestión de humanidad.

El niño aún no tiene voz en este momento. Los adultos somos los responsables de comunicar a las autoridades pertinentes. Así también, denunciemos y evitemos más abusos mediante los espacios de educación de las emociones, del diálogo antes que la violencia, de la participación que integra en vez del que margina, de las discusiones sanas que buscan el bien común, de la inclusión a personas con perspectivas políticas, religiosas y hasta culturales diferentes. De la creación de espacios de debates abiertos que construyen y donde las personas se sientan valorados por lo que son. Y no minusvalorados porque ven o sean vistos como personas-objeto, susceptibles de la violencia. Debemos crear espacios donde nos sintamos personas y no cosas. (Buber, 2015)

La discusión debe continuar y nuestras acciones nos deben lleven a  evitar que nunca más haya una Felicita Mandarina abusaba al pie de un cerro, en las escuelas o en los hogares.

Referencias

Buber, M. (2015). ¿Qué es el hombre? México : Fondo de Cultura Económica .

En una tarde denunciaron seis casos de abuso en niños en el Alto Paraná . (13 de Mayo de 2022). Ultima Hora .

Pintos, L. (31 de Mayo de 2022). Abuso sexual: Amenaza ocula en la niñez paraguaya y latinoamericana. La Nación .

sábado, 30 de abril de 2022

Educación emocional. Discusiones que permiten reflexionar su importancia


Por Tito Benítez, Psicólogo

La educación por sobre todas las cosas debe ser integral. Y parte de nuestra existencia como seres humanos es la capacidad de sentir, de expresar nuestras emociones, de alegrarnos cuando nos encontramos ante una situación positiva o la de la tristeza cuando la información percibida es negativa. En este artículo se intentará discutir la importancia de la educación emocional y su implicancia en el cotidiano vivir.

Sobrevaloración de lo cognitivo

Hasta hace unos años algunos pensaban que la educación de un alumno consistía en aprender a leer y a escribir. Así como sumar, restar, multiplicar y dividir. Se resaltaba la funcionalidad del cerebro relacionado a las funciones básicas cognitivas. No se tenía en cuenta la emoción como dimensión de la educación en el ser humano.  

Incluso  no se permitía que los niños, principalmente los varones, lloren porque consideraban una expresión de debilidad. Esto testimonia el sacerdote Saro Vera en su libro “El paraguayo. Un hombre fuera de su mundo” ya en 1996 cuando intenta describir cómo es el paraguayo desde su cultura.

Es posible deducir que se percibe que la emoción no era un aspecto fundamental a ser abordado. Al contrario, podría ser reprimida mediante los castigos físicos e infravalorados en el proceso educativo: La persona fuerte es aquella  que no llora.

Es factible considerar que el castigo físico era una forma de lograr una suerte de templanza porque quien soporta el dolor físico supuestamente se tornaría más fuerte. Que en otros términos podemos inferir que lograba la fortaleza, en detrimento de las emociones, intrínsecamente humanas.

Ahora esto no solo se refiere a la capacidad de soportar el dolor físico que creía que mediante esto se lograba la educación del niño. Sino por sobre todas las cosas la negación de la posibilidad de identificar, reconocer y expresar las emociones de uno mismo o del otro. Esto, por más divergentes y naturales sean, se negaban la posibilidad de expresarlas ante un grupo humano inmediato, sea la familia o la comunidad educativa. La negación de lo que se siente se normalizó en el seno más profundo de la concepción de educación.

La concepción más llana era que uno debía aprender a leer y a escribir, no a expresar lo que siente y peor aún si eso que se sentía se tomaba como un desafío a la autoridad.

La autoridad no podía ser cuestionada. Quién ostentaba esa figura se sentía con el derecho a decidir por el otro, sin que necesariamente se tenga en cuenta el universo de emociones que le invadían en ese momento.

Vale la pena cuestionar en este sentido si la prepotencia, tan acostumbrada y tan actual en estos momentos quizás sea el producto de una carencia de la educación de las emociones.

Imponemos mediante la figura que ostentamos porque no hemos aprendido a expresar lo que sentimos, a argumentar nuestras ideas racionales y al temor de que seamos cuestionados por una figura a quien consideramos que no tiene el derecho de manifestar lo que siente o lo que es.

Así también, miremos desde otra perspectiva, quien no se siente con el derecho a manifestar lo que piensa, lo que es, sus emociones, se siente con la obligación de reprimir. La imagen más explícita de la sumisión por la mera sumisión. Y ese temor exagerado de que debo agradar, callar las inquietudes, aunque yo sea objeto de burla, acoso, ridiculización o explotación.

Asumir que es mejor sentirse aceptado que marginado. Callar, antes de que sentirse recriminado. Prefiere el rebaño de los “aceptados” porque los que rebelaron sus intenciones más transparentes son excluidos y declarados rebeldes. Asume la condición más degradante que existe como ser humano: La de un ser autómata.

La pregunta que podemos lanzar luego de esta corta reflexión socio-educativa es cómo ha quedado la salud emocional  de aquellos que han sido educados bajo este modelo educativo.

Evidentemente no se niega la capacidad de progreso económico, del ejercicio de un oficio o profesión, de la conformación de una familia o que sus hijos sean activos miembros de la comunidad o hasta referentes de la sociedad.

La pregunta es a qué costo y qué implica haber cercenado una dimensión tan sensible que es la capacidad de expresar lo que uno siente.  

Lo que se descubierto en estos últimos año

De acuerdo a Gómez Cumpa (2004)  abordar desde la educación emocional permite que el niño pueda aumentar su autoestima, desarrollo de las habilidades sociales que mejoran la convivencia en el aula, en las familias y cuando éstos sean adultos.

Si nos quedamos aquí un poco más podemos preguntarnos cuál es el promedio de consumo de alcohol de adolescentes, jóvenes y adultos actualmente. Teniendo en cuenta que Paraguay es uno de los países el consumo de alcohol por habitantes crece cada día. (Nación, 2015) y esta cultura alcohólico de dónde viene y a consecuencia de qué.

O cuántos amigos, alumnos, padres, colegas están callados padeciendo en silencio la depresión. En Paraguay ya desde el 2019 se registraba un suicidio por día. (La Nación, 2019) ¿Cuántos han aumentado posterior al tiempo de encierro? ¿Por qué preferimos callar nuestros estados emocionales?

En todo caso, cuántos pasan noches en vigilia por los elevados niveles de ansiedad que impiden conciliar el sueño. Según un artículo de La Nación de Paraguay (2021), cada días más la salud mental se deteriora y los más afectados son los jóvenes.

A modo de conclusión: Más que un reclamo, una propuesta para debatir

Quizás deberíamos colocar en el tapete de la discusión sobre nuestra concepción de educación y qué tal saludable es aun pretender educar sin tener en cuenta la educación integral del ser humano.

Paraguay pudo desarrollarse económicamente con avances importantes en las últimas décadas. Lo logramos con mucho esfuerzo. Quizás ahora sea el momento de replantear cómo lo hemos logrado y bajo qué costo.

Porque de qué nos sirve tanto progreso económico cuando la salud mental está tan descuidada donde tenemos enormes ciudades, rutas asfaltadas, teléfonos de última generación en nuestros bolsillos cuando muchos solo piensan que la vida perdió el sentido de la vida o sólo esperan el fin de semana para tomar cuanto alcohol tenga a mano y olvidarse un rato de la angustia de pelear por más razones que justifiquen vivir.

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Bibliografía

Gomez Cumpa, J. (2004). Neurociencia cognitiva y Educación. (J. Gómez Cumpa, Ed.) Lambayeque, Perú : Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo.

La Nación. Jóvenes paraguayos sienten depresión y estrés a consecuencia de la pandemia según estudio. (4 de 11 de 2021). La Nación. Recuperado el 29 de Abril de 2022, de https://www.lanacion.com.py/pais/2021/11/04/jovenes-paraguayos-sienten-depresion-y-estres-a-consecuencia-de-la-pandemia-segun-estudio/

La Nación (25 de 07 de 2015). Encuesta indica un alto nivel de consumo de alcohol en el Paraguay. La Nación. Recuperado el 29 de 04 de 2022, de https://www.lanacion.com.py/2015/07/25/paraguay-ocupa-el-4to-lugar-en-mayor-consumo-de-alcohol/

La Nación  (7 de junio de 2019). En Paraguay una persona se suicida por día. La Nación. Recuperado el 29 de 04 de 2022, de https://www.lanacion.com.py/pais/2019/06/07/en-paraguay-una-persona-se-suicida-por-dia/

Vera, S. (1996). El paraguayo. Un hombre fuera de su mundo. Asunción, Paraguay : El Lector.

 

jueves, 31 de marzo de 2022

Volver a clases: Desafíos que nos invitan a mirar nuestro interior.

Lic. Tito Benítez - Psicólogo

Estos dos años donde no solamente fuimos golpeados en el bolsillo, pérdida del empleo, reducción de salario, con la enfermedad o pérdida de un conocido, amigo, ser querido. Esta pandemia también nos ha golpeado emocionalmente a todos, sin distinción alguna, en menor o mayor medido. Lo que no podemos es negar el impacto que ha tenido en nosotros la pandemia.
Detener y mirar a nuestro interior
Ahora volvemos a clases y ya no es igual. Hay que aprender a sobrellevar juntos  este retorno a clases. Para afrontar esta situación les invito a que nos detengamos un rato y pensemos cómo hemos vuelto.
Volver después de dos años
Volvemos a clases. Esto representa desafíos significativos para todos quienes formamos parte de la comunidad educativa. Un reto importante porque volvemos prácticamente después de dos años. Este desafío que no solamente es para los docentes y directores, sino principalmente para los padres y alumnos que se reintegran de a poco a esta nueva fase. (MEC, 2021)
Vale la pena que nos preguntemos: ¿Qué hemos sentido cuando anunciaron el cierre?, ¿Cómo fue afectada nuestra familia y quién fue el miembro más sensible o que sintió que la situación le sobrepasaba?, ¿Cómo ha afectado a nuestros hijos, principalmente a los más pequeños este tiempo de encierro?, ¿Hemos notado cambios en su conducta?, ¿Cómo han vuelto nuestros hijos a las clases?, ¿Cómo hemos vuelto nosotros?, ¿Quiénes somos nosotros a la vuelta de las clases? 

¿Por qué estas preguntas?
Quizá sea la pregunta que ahora te estés haciendo. O tal vez cuestiones qué tiene que ver esto con la vuelta a clases. Sin embargo, es bueno que paremos, reflexionemos y nos preguntemos cómo estamos nosotros y cómo están nuestros hijos emocionalmente.
El desafío principal es ayudarnos entre todos a superar esta pandemia con una actitud  resiliente, que es esa capacidad de afrontar positivamente una situación adversa, perturbadora, trágica, etc. (Cyrulnik & Anaut, 2016)
En este sentido hay que comprender que el niño requiere que convengamos entre los adultos y busquemos en conjunto mecanismos que le ayuden a expresar lo que siente, a desarrollar la empatía con el compañerito, con la profesora, a adquirir hábitos sanos para el aprendizaje significativo. Y nosotros, los adultos, reforcemos estos hábitos positivos en la casa. Estos espacios son sanadores para el niño y para el adulto sobreviviente de la pandemia. (Cyrulnik, 2015)
Este es el momento donde la comunidad puede y debe asumir su rol  en el proceso educativo porque el niño es el  miembro quien tiene menos mecanismos para afrontar esta adversidad llamada pandemia.
Es por eso que la vuelta a clases representa un desafío para todos. No solamente para el docente, ni para el alumno, sino para todos quienes componemos la comunidad educativa.
En la medida en que los niños se sientan acompañados, con espacios de expresión libre, mediante los juegos, la socialización y la comprensión de su situación aprenderán de forma positiva.
No echemos a perder este precioso momento para que todos aprendamos juntos. Este es el momento donde los niños nos necesitan, por eso, volver a clases representa un desafío y ese desafío primero pide que paremos y miremos hacia nuestro interior.

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martes, 21 de agosto de 2018

REFORMA CONSTITUCIONAL A LA VISTA


Por Tito Benitez
Tímida o no, posiblemente, se viene la reforma constitucional. De hecho, los intereses sobran. La pregunta es: a quiénes les interesa?, Por qué?, Cuán grande es el sector interesado?, qué es lo que quieren “reformar”? o cómo lo harán?
Ya sabemos que, por un lado, existe un mecanismo electoral. La pregunta es si ese mecanismo es lo suficientemente transparente para que participen, efectivamente, los representantes de los diversos sectores de nuestra sociedad.
Por otro lado, aunque existan mecanismos “transparentes”, qué garantiza que serán aplicados con la altura ética? Todo político, durante la campaña, expresa un discurso. Una vez  en el poder, hace todo lo contrario.
Ahora bien, si se viene la reforma, tímidamente o no, bajo los intereses de quién o qué quieren cambiar? Lo que debe importar es si la ciudadanía quiere reformar la constitución que supuestamente rige en este país. Digo que rige, porque no sabemos qué leyes rigen y para quiénes.
La ciudadanía común, los que vivimos el día a día, los que pagamos nuestros impuestos, los que no tenemos un seguro VIP a costa del Estado deberíamos ser quienes nos preguntemos y reflexionemos cuáles son las prioridades que tenemos como sociedad.
De hecho, muchas preguntas surgen, tales como si la reelección es una prioridad para la sociedad y de qué serviría. O quizás sea un error. La reelección podría convertirse en un espacio donde los tiranos una vez que asuman el poder busquen perpetuarse a costa de la supuesta “legalidad” existente a partir de los cambios.
En este sentido, recordemos que Stroessner llegó en el 54 al poder como un cordero, héroe de la guerra del Chaco y con discursos emotivos, cuasi populistas. Y se quedó por 35 años.
Otros cuestionamientos a la Reforma Constitucional serían tales como qué artículos suprimimos, agregamos y por qué. De qué manera blindaremos del acceso al poder de los  corruptos en el depredado Estado. Con esta reforma, se solidificará la debilitada institucionalidad de nuestra república?.
Creo que si la reforma constitucional esta a la vista,  la ciudadanía “común” debería ser la primera interesada en este tipo de cambios. No podemos darnos el lujo de dejar el arco libre para que cambien lo que quieran en beneficio de unos pocos y en detrimento de la inmensa mayoría excluida.
Ojalá estemos en vigilia, aunque sea por redes sociales.

jueves, 22 de marzo de 2018

PROSTITUCIONALIDAD

Por Tito Benitez


Confieso de antemano, que antes que la palabra “prostituida”, me hubiera gustado  otra palabra como “Ƥ#ł@”. Es más fuerte y en definitiva expresa lo que siento.
Pero me veo obligado, a usar un eufemismo, porque la última vez que dije ““Ƥ#ł@ facultad, Ƥ#ł@§ profesores” me suspendieron un año. La expresión no fue el argumento del proceso, sino por haber denunciado con mis compañeros estudiantes de la universidad, y usando el derecho constitucional,  la corrupción que imperaba e impera aún en una universidad pública.
Lo llamativo del caso es que los denunciados ni siquiera fueron molestados. 
El CONES (Consejo Nacional de Educación Superior) jamás movió un dedo. Nunca supimos los resultados del trabajo de la Contraloría General de la República. La fiscalía imputó a algunas autoridades por nimiedades después de dos años. OJO: Dos años!!!! Pero el colmo no termina ahí, el caso está congelado. 


En cambio, los estudiantes fuimos imputados, sumariados y suspendidos entre gallos y medianoche. La celeridad con el que se llevó el caso contra los estudiantes fue espantosa. Así como la burocracia, mató todo sentido de justicia contra las autoridades denunciadas por corrupción.
El mensaje estaba dado: “en este país matamos a los mensajeros”.
Y quien se atreva manifestarse en contra,  las instituciones actuarán como garrote. 
Continuando con esta lógica, no existen garantías para nadie. Simple.
¿Ha cambiado algo desde el 2015? No. 
Todo continúa igual, e incluso, hemos tocado más fondo.
Con dolor recibo la noticia que le llaman a declarar a la periodista de ABC Cardinal, Mabel Rehnfeldt. La fiscalía le convoca por el caso de los audios filtrados el año pasado.
Mediante ella y su equipo periodístico hemos corroborado lo que siempre se rumoreaba: No existe institucionalidad en este país. Todo es comprable o si tenes un senador todopoderoso que pueda traficar influencias, mejor.
Llaman a la periodista, pero no a los responsables. Intimidan a la mensajera, pero no a los grandes monstruos encargados de destruir este país. Esos monstruos, son los que compran y venden expedientes. Son esos los que usan el poder que tienen para beneficio propio. Son esos monstruos los que, probablemente, impiden que se aclare la muerte de Rodrigo Quintana o que los responsables del firmatón pro-reeleccionista sean, severamente, castigados.
Hasta el momento, tenemos todo el derecho de pensar que la fiscalía no investiga a los corruptos, pero sí a los que lo denuncian.
Parafraseando a Pascal podemos decir que “la fiscalía tiene razones que la racionalidad no entiende.”
Fuente: ABC Color
¿Qué me queda decir? Mirando lo que está sucediendo, tengo todo el derecho de salir a las calles y gritar: Ƥ#ł@ FISCALÍA, Ƥ#ł@ JUSTICIA, Ƥ#ł@ CLAQUE CORRUPTA.
No sé si servirá, ni sé si me acompañarían. Sólo sé que mi voto para este 22 de abril lo pensaré dos veces antes de marcar.
Mi solidaridad contigo Mabel.

Sos el orgullo de muchos, porque representan, tu equipo y vos, a miles que no tenemos voz y clamamos para que los corruptos sean castigados.

viernes, 16 de marzo de 2018

EL ASADO Y YO

Por Tito Benítez

Faltan menos de 40 días para las elecciones generales. Así es, este 22 de abril no sólo decidiremos quién será el presidente, sino que se hará entre los próximos 5 a 30 años en nuestro país.
No piense usted que la deuda externa que contrajeron los últimos presidentes lo pagarán ellos. Nosotros, nuestros hijos y probablemente nuestros nietos tendrán que pagar los errores y los aciertos de las autoridades electas.
Lo llamativo es que ninguno de los dos candidatos a presidente no pone en el tapete de la discusión muchos temas que nos afectan.
Lo mismo pasa con nosotros. La sociedad no está exigiendo respuestas. Los debates y análisis de temas importantes deberían ser el tema central de las campañas.
Sin darnos cuenta, no estamos discutiendo sobre el medio ambiente.  Veamos bien, faltando casi un mes no sabemos cómo abordarán el tema del uso de la tierra, el cuidado de los bosques, la contaminación del agua, del aire, la deforestación y reforestación, etc.
Tampoco estamos discutiendo sobre la educación paraguaya. Las propuestas de los partidos no dicen qué haremos con la educación primaria, la secundaria y menos aún la terciaria.
Cuestiones sencillas, pero a la vez importantes, tales como la malla curricular que aplicaremos para el 2025. Qué nivel de formación deben tener los profesores. Qué tipo de evaluación será aplicada para llegar a un nivel y no tengamos los mismos resultados de hoy. Con ciudadanos analfabetos funcionales que no entienden lo que leen.
Fuente: ABC Color
Sin embargo, cada año sufrimos con tres cuestiones que deberíamos superar hace tiempo: la llegada tardía de los kits escolares, las escuelas y colegios que se caen a pedazos y el salario de los docentes.
Con la Universidad no hay conversación. Es el negocio redondo de muchos políticos. ¿Nos hemos preguntado si las universidades cumplen, por lo menos, uno de sus objetivos? ¿Qué tipo de conocimiento y formación se aprende en una universidad pública? ¿Los alumnos egresan con las herramientas necesarias para aplicar la ciencia en su lugar de trabajo?
No discutimos sobre la agricultura familiar, la situación de los indígenas, la seguridad, los problemas de los sin tierra, el desempleo y el sub-empleo, la violencia familiar, la corrupción y cientos de temas más.
Como ciudadanos, ¿Estamos analizando estos temas? No señores, estamos discutiendo sobre el asado que se ofreció a los funcionarios públicos en su día.
Quiero creer que estos temas se proponen con el objeto de desviar la atención. Que nos distraigamos con cuestiones que, allá en el fondo, representan la más absoluta superficialidad.
Pero hay un detalle, a un grupo importante le interesa que estemos distraídos así pueden decidir cómo se repartirán el poder a partir de abril.
Debemos asumir la responsabilidad de no estar exigiendo estos debates y no pisamos tierra. Estamos en el limbo. Mientras, seguimos discutiendo si estuvo rico o no el asado.  Buen provecho.

lunes, 26 de febrero de 2018

LOS RIESGOS DE MARITO Y EFRAIN

Por Tito Benítez
Amable lector, el 22 de abril la puja electoral para presidente de la república será entre Mario Abdo Benítez y Efraín Alegre.
Por un lado Mario Abdo Benítez, es el candidato por la ANR, ganador de las internas partidarias el 17 de diciembre, pero la contienda aún continúa. Así como la línea disidente fue la mayor oposición al gobierno de Horacio Cartes. Parece ser que los roles se invirtieron y los cartistas se convierten en la nueva disidencia para las elecciones del 22 de abril. Además, la candidatura de Mario conlleva otros riesgos como tener a varios “espanta –votos” tanto en la lista de senadores como en diputados.
La pregunta es, ¿Cómo Mario  Abdo pedirá votos a favor de Cartes, de González Daher y otros y cuando días antes del 17 de diciembre daba un discurso diferente?.  Ayer pedía votos para desplazarle a Cartes y a su equipo de gerentes y hoy encabeza su lista de senadores. Lo mismo sucede con  los  senadores “marioabdistas” quienes  votaban para que González Daher pierda su investidura de senador, siendo el peor de los castigos políticos como consecuencia de unos audios que han comprobado, sobradamente, cómo usaba  y abusaba de su condición de Presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Hoy, Oscar González Daher se encuentra en la lista 1 en el número cinco de los candidatos al senado.
Otro riesgo importante para Marito dentro de la ANR son los caudillos regionales. Marito puede caer en el mismo que juego que Santi Peña en las elecciones del 17 de diciembre. Muchos Priorizaron  las candidaturas regionales dejando de lado al candidato presidencial.

Por otro lado, le tenemos a Efraín Alegre. Candidato por la alianza GANAR, fruto de la unión entre el PLRA, Frente Guasú y otros partidos más. Es la alianza más grande que se tiene para una elección general.  Uno de los riesgos, evidentes son las disputas internas que tiene el PLRA. El enfrentamiento entre el efrainismo y el llanismo que siendo de antaño, se hizo más patente en estos últimos cuatro años.
Llama la atención que hoy se vean obligados a unirse, quienes ayer nada más acusaban al otro de violar la constitución nacional.
Así también, Efraím tiene en sus filas como candidatos al parlamento sospechados de corrupción. Hasta el momento el PLRA no ha tomado una postura concreta sobre el caso Carlos Portillo, denunciado mediáticamente traficando influencias.
Por último, en la Alianza GANAR tampoco es de color de rosas. Dicha relación fue difícil desde el 2008. Las disputas entre Fernando Lugo y Federico Franco fueron históricas. Más que nunca se hicieron evidentes que un Vicepresidente además de representar el ejecutivo ante el Parlamento, servía más para serruchar la silla del presidente. Y Federico Franco lo consiguió.
En 2012 se hizo más patente la división. Lugo llegó al poder gracias al PLRA, pero cae al serle retirado el apoyo que tenía. Las acusaciones fueron sangrientas, sin embargo hoy se encuentran unidos.
La campaña de reelección presidencial que inició Cartes no sería posible si no fuera por el apoyo del Frente Guasú. El sector  que más fustigó a Fernando Lugo de violar la constitución fueron justamente los efrainistas.  Sin embargo, hoy el Frente Guasú se encuentra pidiendo votos a favor de Efrain-Leo Rubín.
En fin, amable lector, hasta el momento no existe asidero real de que se quiera construir la institucionalidad de la república. Esto da pie a pensar que la política de la impunidad seguirá campante en los próximos años.
Hasta el momento todos los candidatos están corriendo muchos riesgos. No se puede creer  que la masa es acrítica.
Proteger a personajes con historiales oscuros genera molestia y descontento en el electorado. Sería muy tonto pensar que las redes sociales no constituyen una vía para informarse pudiendo constituirse en un espacio de debate y análisis.

Aunque si los candidatos continúan con sus errores, la ciudadanía tiene en sus manos diversas herramientas la forma de expresar sus ideas.  

lunes, 19 de febrero de 2018

Y LA FIESTA CONTINÚA...,

Por Titus Benítez
Hace más tres meses que un medio de prensa publicó varios audios donde se comprobaba lo que siempre supimos. La justicia está podrida porque se maneja al antojo de un grupo de políticos que usan sus fueros a beneficio propio.
¿Cuáles son los resultados hoy? Un senador “echado” del parlamento, otro senador que renunció, un secretario con libertad condicional y un diputado a quien se le retiró los fueros.  Nada más.
¿Esto es  mucho? Para quienes nunca tuvimos justicia, sí. Nunca un senador fue rajado de esta forma. Una humillación pública y más aún para quien se creía amo y señor del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.  Nunca se vio tan embretado un senador, quien tuvo que pedir clemencia para que se acepte su renuncia. Y se fueron, el problema es que pueden volver.
Por el momento, solo un ex secretario, que al parecer tenía más poder que toda la Corte Suprema de Justicia, esta guardando prisión domiciliaria. Da la impresión que sólo él pagará el plato roto.
Volviendo a la pregunta de si esto representa mucho. No. En definitiva no. Es evidente que sólo se busca calmar las aguas hasta que surja otro escándalo o los medios se concentren en otros temas y así puedan respirar.
¿Esto ocasionará cambios reales y profundos? No. Nunca. Tanto González Daher, como Oviedo Matto o Fernández Lippman son meros “fusibles” de una estructura corrupta gigantesca que se ha instalado en el país.  Ni con la salida de dos políticos del senado, ni la condena a un secretario  harán que cambie toda la justicia en este país.  A leguas se nota que la fiscalía no hará nada. Al contrario, es probable que muchos sean los protegidos, como siempre hemos sospechado. 
Señores, la fiesta continúa y continuará. Disculpen que sea tan pesimista, pero no existe viso alguno que esto cambie como esperamos.  No hace falta que discutamos que los partidos políticos pondrán en riesgo las elecciones del 22 de abril sin importar las consecuencias. Simple. No quieren cambios. Quieren ganar y nada más.
Y la fiesta continuará porque es probable que los políticos a quienes descubrimos traficando influencias sean nuevamente “honorables senadores de la Nación”. Sí señor. Así como usted leyó.  Tendrán un salario de primer mundo, una camioneta del año, combustible para recorrer cinco veces el país al mes,  guarda espaldas a discreción, seguro privado de primer nivel, fueros como corresponde porque es un  honorable congresista, sacrificado y servicia. Trabajará una o dos veces por semana. Tendrá tres meses de vacaciones. Y lo más probable, continuará traficando influencias.
Ah… y casi olvidaba. Todo a costa de nuestros impuestos, amable lector. Sí, a nosotros  que casi no nos alcanza el sueldo. Que no nos perdonan ni un centavo cuando cobran impuestos. Que tenemos que formar interminables filas cuando estamos enfermos.
Y la fiesta continúa porque tenemos aún en el país a ciudadanos que votan, pero no eligen. O directamente ni participan en una contienda electoral.
La fiesta en definitiva continuará señores. Si no hacemos nada el 22 de abril o no expresamos como ciudadanía nuestros descontentos.  Así que dudo mucho que estén muy preocupados los que usan el estado como su cosa privada. Pensemos. Analicemos. Discutamos. Actuemos. Caso contrario, será una mera anécdota más, de las tantas que ya tenemos.

lunes, 5 de febrero de 2018

PATER ANTONIUS, MAGISTER IRATUS.

Por Tito Benitez
Adiós Antonio. Llegó la hora de partir. Aunque no esperábamos que te fueras tan temprano y, más aún, sin que te despidieras.
Te vas, Antonio.  Y los recuerdos llegan. Llegan, permanecen y sacuden. No es fácil recibir una noticia así: “Murió nuestro querido Beta”, esas palabras y tu imagen con una especie de cruz de hilo, y tu rostro siempre sonriente.
Recuerdo cuando llegué recién a tus clases…, estabas enojado. Nos mandaste a todos, literalmente, al carajo. Decías que no entendías por qué queríamos estudiar filosofía, si ante la mínima pregunta para el debate, nos quedábamos callados. Tampoco entendías nuestra resistencia total a las lecturas.
Decías que nuestra expresión no se hacía entender. O si estábamos o no de acuerdo. O si entendíamos o no. O si queríamos aportar con ideas o no. Sólo nos quedábamos mirándote atónitos.
Para resumir tu incomprensión usabas la frase “ustedes son los alumnos kururu pórte”. “Ustedes son como los sapos, ante diversas propuestas o circunstancias tienen la misma expresión facial. Miran. Sólo miran. Así nadie les entiende. Dejen de ser abúlicos”.

Después del gran jeja´o  te reías como si fuera nada. Y apuntabas a un sapo enorme verde que tenías sobre el escritorio de la sala. Ahí están ustedes- decías riéndote.  Esa imagen lo tenemos muchos: El pa´i  que siempre sonreía.
Por otro lado, el pa´i que siempre sonreía era también un tirano. En un mal latín algunos decíamos “Pater Antonius, magister iratus”.
Tu cara adusta y posterior plagueo era señal que estabas tomando decisiones drásticas. Y tan drásticas eran tus decisiones que nos obligó a leer libros y libros. Casi morimos. No había excusas. Teníamos que leer y presentar un reporte semanal de nuestras lecturas.
Leías cada reporte y nos devolvías ensangrentado, con correcciones. Ahora nuestro problema era que no sabíamos escribir. Trágica era nuestra vida en tus manos. Tan trágica, que llegamos a tener clases de lunes a sábados  y muchas veces rendíamos los domingos.  Hasta ahora me pregunto cómo sobrevivimos.
Recuerdo que ante aquella extrema presión te presentamos nuestras críticas a modo de sugerencia. Tu respuesta fue: “déjenle a sus maridos, esposos y a sus perros en sus casas. Si tienen hijos pequeños tráiganlo aquí y que duerma mientras damos clases. No hay excusas para quien quiera estudiar”. Fue una respuesta fría y tirana. Quedamos atónitos.
Esa tiranía tenía un objetivo. Fueron los años que más leímos.
Con el Pa´i y muchos otros profesores conocimos a Tólstoi, Dostoievski, Kundera, Casaccia, Roa Bastos, Nietzsche, Nanda, Vattimo, Kant, Hegel, Maquiavelo, Heideggerd, Gadamer, San Agustín, Platón, Marcuse, Foucault, Eco y muchos otros. No fue fácil. Teníamos que leer, entender, escribir y explicar en clases. Fueron duros esos años.
Miro atrás y veo que fueron los años que más leí. Cualquier lugar era bueno para disparar nuestra mente hacia la filosofía. En el baño, en el omnibus, en la parada, de noche, de madrugada, sábados, domingos, feriados y semana santa. Como solemos decir en nuestro jopara “orengo roleemínte”.
Sigo mirando atrás, y ahora  que estoy terminando mi segunda carrera en una universidad pública,  me llama la atención lo siguiente: cada vez que debo teorizar  una idea o explicar el pensamiento de un autor, recurro a los tiempos que estudiaba filosofía.  Lo que me lleva a la siguiente pregunta: ¿Tanto me ha marcado aquella etapa o ahora no estoy aprendiendo nada?
Recuerdo que en una oportunidad,  llegaste con dos fajos de hojas. Entregaste a cada uno de los presentes una hoja de cada fajo. Uno de una fecha antigua y otra más actual. Eran nuestros reportes de lecturas.
Sin palabras. Quedamos pasmados. El primero tenía cientos de errores ortográficos, con problemas de concordancia, no cerraban las ideas, la introducción iba por un lado y conclusión por otra. Ideas descabelladas. Desastre total. Nadie entendía nada.
Releímos detalladamente y nos preguntábamos si fuimos nosotros quienes escribimos esos mamotretos. Aquella noche aprendimos  que habíamos avanzado. Valió  la pena leer cada libro, corregir cada párrafo, interminables plagueos.
Mirábamos nuestros últimos escritos. Ya tenían ideas más claras, más coherentes, con contenido. Ya no tenían tantos errores ortográficos y de concordancia. Estábamos muy orgullosos de nuestros trabajos.
Pero fiel a tu estilo, aquella noche tomaste otra decisión drástica. Desde aquel día querías que leyéramos un libro por semana. Querías reportes de libros, no de fragmentos. Con citas de  los autores y que al final demos nuestra propia conclusión.  
Nuestra alegría se fue por el piso. Dijiste que habíamos avanzado, pero que era muy poco aún. Debíamos poner mayor empeño en las lecturas y querías escritos serios. Que teníamos grandes fallas y eso lo debíamos superar ese año.
Fue muy chocante. Tomamos cada uno un libro, anotabas y decías que esperaba los escritos la siguiente semana.
Pero había un problema, pensábamos que seguirías con la misma línea de corrección y que podíamos elegir a cualquier autor. Un libro de fácil comprensión. No. Dijiste que sólo teníamos  podíamos elegir esos libros que estaban sobre la mesa.
Dentro mi absoluta inocencia y  total estupidez elegí un libro sobre filosofía de la religión de Gómez Caffarena. Fue una decisión catastrófica. Leí lo que pude. No llegué a leer el libro entero. Entregué el informe. Y esperé la devolución de los trabajos.
Los resultados fueron fatales. Estabas con un humor de perros. Al parecer, ni siquiera te aguantabas a ti mismo. La devolución fue de las peores. Nadie se salvó de tu ira. Dijiste que esperabas más. Que “no podía ser que estemos terminando la carrera y que aún escribamos de esa forma.”  En voz alta dijiste las notas en una escala de 1 al 5: fulano, 2, sultano, 3, mengano, 5. Felicidades mengano. Tito, 2. Y así sucesivamente.
Me tranquilicé. Asumí que fue porque no leí todo el libro. Pero el baldazo de agua fría  vino cuando me devolviste el reporte y leí tu comentario al final del texto: “Dejá de copiar y pegar”.
Aquella noche, heriste mi orgullo en lo más profundo de mi ser. Me quedé en silencio toda la jornada. Ni una palabra durante las tres o cuatro  horas siguientes.
Agradecí que no me hayas preguntado nada. Porque si me provocabas, una silla volaría por tu cabeza de profesor. Fue imposible aquella noche esconder mi enojo. Para mí, fue una tremenda injusticia.
Hasta ahora sostengo que fue una gran injusticia. Todos sabíamos quién era el compañero que bajaba de internet y lo presentaba como si fuera suyo. Y justamente ese compañero tuvo la nota máxima y las felicitaciones aquella noche. Aquello fue un golpe duro. Ninguno de los presentes aceptamos tal situación, claro, a excepción del beneficiado. Pero no dijimos nada, como siempre.
Pasaron unos días, pienso que te diste cuenta de mi enojo y pediste por intermedio de un compañero a que me presente a tu oficina.
Fui, con cara de pocos amigos. Pensaba echar tu oficina. Esperaba que me provoques para decirte todo lo que pensaba. Esa noche me ibas a conocer, pa´i. Estaba muy dolido.
Me recibiste sonriendo, yo no te miraba. Pediste que me sentara y esa noche me abriste la mente. Me dejaste perplejo. 
Palabras más, palabras menos, me dijiste algo como esto: “Le puse un cinco a mengano porque es lo que él quiere. Sólo le importan sus notas. Quiere ver un cinco. Ese es su objetivo. Él está feliz con tener la máxima calificación. Es un motivo de orgullo para él. Y le respetamos. Ahora, a vos no te importa un cinco. A vos, te importa aprender. Y vos podes mucho más que él. Yo sé que puedo apretar más contigo. Con él, no.
Si te di esa calificación con esos comentarios, es porque espero mucho más y yo sé que vos podés. Si querés aprender, tenés que dejar que te corrijan.”
No dije absolutamente nada de lo que tenía planeado. Sólo recuerdo haber respondido con: Bueno. Bueno. Y bueno. Me quedé totalmente desencajado. Aquella noche, aprendí.
El ayer, siempre es hoy, con este recuerdo.
Habían pasado quizás entre cinco a siete años. Eran mis últimos años en el instituto. Asumo que gran parte de lo que hoy soy es gracias a muchas personas que me ayudaron. Uno de ellos eres tú, padre Antonio Betancor.
Fuiste un gran tirano. Pero tu tiranía tenía un sentido. A pesar de tus errores, sabías dónde apuntabas. Eras un gran soñador, crítico inmisericorde, lector compulsivo, trabajador incansable, una gran persona.  
De tí recibí muchos palos. Despiadados como vos, pocos, pero muy pocos. Pero tus palos me abrieron los ojos. Un tipo que pisaba tierra y con sus ataques furibundos que nos invitaba a hacer lo mismo.
Si hoy muchos me tienen que aguantar por mis ideas y críticas, es porque considero que se puede lograr.
Si me conocen, es porque soy una persona ácida en los comentarios, chocante con algunas personas, irónico hasta más no poder, lector compulsivo o un eterno soñador de que este país podemos transformar haciendo mejor las cosas. Pues bien, uno de los culpables que yo sea así es un jesuita y acaba de morir.
Fueron pocos años que compartí como alumno contigo, padre Antonio Betancor y otros jesuitas. Pero esos años bastaron.
El aquí y el ahora,  me hace dar cuenta que aprendí muchas cosas contigo. Eso es innegable.  Quizás no lo he aprovechado como debía, como por ejemplo, aprender a escribir. Siempre fue mi gran cruz.
Hoy te vas Antonio sin que pudiéramos darnos una oportunidad de reencuentro y darte las gracias. Quiero creer que te gusta escabullirte en el silencio. Por eso te fuiste de esta forma, sin ruido y sin la parafernalia que tanto odiabas.
Descanso eterno para vos Antonio Betancor.
Tu alumno kururu pórte.