Algunas organizaciones noticiosas, grupos de abogados y funcionarios electos han publicado juegos de simulación de presupuesto en sus sitios web. En algunos de ellos, incluso, estos simuladores de presupuesto se encuentran entre las atracciones más populares.
¿De qué se trata? Son juegos online en donde el usuario simula que es un gobernador o legislador que tiene que resolver un problema presupuestario. Por ejemplo, se les pidió a los ciudadanos de California resolver el déficit de 26 mil millones de dólares que tiene el estado.
“La respuesta es mucho más positiva que casi todo lo que hemos hecho”, ha dicho a Poynter Dan Smith, quien ayudó a diseñar el juego. “A la gente realmente le gusta esto porque hace que se involucren. Creo que la gente entiende mucho mejor cuando se ponen en la posición de realmente tener que tomar la decisión a la que un responsable político se enfrentaría”.
En una entrevista telefónica, Smith dijo que los visitantes del sitio web jugaron más de 2,000 veces en la primera semana después de que se dio a conocer. Un simulador presupuestario similar en el Columbus Dispatch tuvo un promedio de cerca de 1,100 usos al día. Y un en el New York Times un juego donde se invitaba a los lectores a equilibrar el presupuesto federal atrajo a más de un millón de páginas vistas y 11,000 mensajes de Twitter en cuestión de días después de su debut en noviembre.
Los juegos son herramientas útiles para ayudar a la gente a visualizar los complejos datos económicos y entender los dilemas que afrontan los responsables políticos. Pero también se corre el riesgo de simplificar en exceso el proceso, porque no se tienen en cuenta las negociaciones políticas, la creación de consenso, y el comercio que a menudo es necesario para aprobar un proyecto de ley de presupuesto a través de una legislatura estatal.
“La gente puede decir, ‘Hey, si puedo hacerlo, ¿por qué los payasos que están ahí no lo hacen?’”, dice Kathleen Hansen, profesora de la Universidad de Minnesota. “Los juegos no se aproximan al tipo de negociaciones que tienen que suceder. Es muy fácil sentarse con una hoja de cálculo y sólo mover algunas cosas a su alrededor”.
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