Por: Roxana Fuentes
Extraído de la web: http://www.cadenahabana.cu/noticias/culturales/cultura03290310.html
XXXII Festival Nacional de la Radio Cubana
La Habana, Cuba.- Cuando hablamos de CRÍTICA EN LA RADIO, no nos referimos al ejercicio valorativo de las múltiples esferas sociales en nuestro medio, hacemos alusión al análisis de los propios programas radiales.
¿Por qué es casi nula la presencia de valoraciones, análisis, desmontajes, opiniones… en la radio sobre la radio?. A mi juicio varias razones aúpan este comportamiento. Si echamos una mirada a los espacios de la crítica de otros medios y manifestaciones artísticas, hay un factor común denominador: la preparación académica y profesional de quienes ejercen la apreciación. Entonces vale preguntarse, cuán preparados estamos quienes hacemos radio. Para nadie es un secreto que la formación de los realizadores de radio roza con el empirismo. Casi todas las especialidades se habilitan gracias a cursos de breve duración que agrupan unas pocas asignaturas imprescindibles, pero no todas las que harían falta ni en la frecuencia requerida.
Cualquier carrera formadora implica varios años dedicados, únicamente, al aprendizaje del perfil en cuestión, y solo después de esta exhaustiva preparación, comienza el largo camino de la profesión con la consabida instrucción que ofrece el oficio cotidiano. En comparación con cualquier carrera, la radio emula su inmediatez, y en poco menos de un año habilita a locutores, realizadores, directores… por solo citar algunas especialidades. Luego, a la hora de la verdad, cuando estamos haciendo radio… se perfila este aprendizaje con la práctica implacable de un medio de difusión que, a la larga y con excepciones, se reciente de su formación más empírica, que académica y profesional. La mayoría de nosotros somos graduados de Filología, Historia del Arte, Comunicación Social, y otras carreras afines de las Ciencias Sociales y Humanísticas… esto en el mejor de los casos…, eso sí, todos nos hemos capacitado con esos rápidos cursos de habilitación. En pocas palabras: hay mucho empirismo en nuestra labor habitual.
Podríamos pensar en las recientes hornadas de jóvenes graduados del Instituto Superior de Arte en Cine, Radio y Televisión, pero muchos sabemos que, ni ellos estudian su carrera con la mira en la radio, ni se les estimula desde las aulas, ni mucho menos existe equilibrio en las dosis de materias que reciben, donde la balanza se inclina hacia el audiovisual (cine y televisión)… previsible por la falta de especialización en cada medio que lastra a la Facultad. Entonces… ni siquiera tenemos la certeza de que en los próximos años, los jóvenes egresados de esta carrera universitaria (supuestamente destinada a la formación de los nuevos académicos y profesionales del medio) ostenten solidez en su formación para la radio.
Y créanme, no cualquiera puede hacer el ejercicio de la crítica con credibilidad, sólidos argumentos, y sobre todo, pleno conocimiento de la realización radial en su antes, ahora… y después, sino tiene en su haber una formación que lo ampare.
Ahora bien, aunque en minorías, contamos con realizadores capaces de ejercer la crítica radial en provecho común de nuestro medio. Habría tres grandes obstáculos que sortear.
Primero: La poca gracia (en su fuero interno) que le haría a nuestros colegas verse emplazados públicamente.
Segundo: El reto que implicaría captar la atención del oyente con un tema árido y álgido como es desmontar y discernir teóricamente, sobre las fisuras de un programa de radio y sus potencialidades truncas, en función de las nuevas tendencias de la radiodifusión en Cuba y el Mundo (a propósito, estamos ausentes de puntos de vistas valorativos de formas de radio foráneas, ventaja que nos llevan los colegas de otros medios de difusión).
Y tercer obstáculo para ejercer la crítica desde nuestros medios: Para poder realizar un comentario valorativo sobre una obra, nos aguarda un largo camino de escuchar, leer guiones, practicar desmontes, analizar realización de cada una de las especialidades… en fin, no voy a detallar cada paso que muchos conocen… el trabajo se las trae. Sin embargo, y voy a caer en un tema catarsis para el cubano, la paga puede que no lo amerite, o así lo creemos porque ni siquiera nos animamos a presentar un proyecto de crítica radial, dando por hecho que trabajaremos como indios, nos buscaremos mil y un problemas con amigos y desconocidos, tendríamos que ingeniárnosla para lograr captar el interés del oyente… y para colmo la remuneración sería exigua.
A propósito, otro buen tema para analizar, dedicado al guión de radio, sería ventilar la pobre remuneración económica por una obra de radio, comparada con cualquier otro medio de difusión, y pienso en la televisión, donde un escritor por una obra similar a la nuestra cobra muchas veces más, lo cual estimula el éxodo de nuestros realizadores para ese medio.
En resumen… LA CRITICA DE RADIO está ausente, (según colegas que llevan mucho más tiempo que yo en este medio) siempre lo ha estado, y puede que la situación no cambie, si no proyectamos una preparación académica y profesional para nuestros realizadores que ofrezca un instrumental teórico y práctico de las técnicas contemporáneas, varias, de desmontaje valorativo de una obra.
También habría que encontrar caminos, para estimular al talento de que hoy y ahora disponemos, para que tomen partido por la ingrata pero provechosa labor de la CRÍTICA.
Mientras… y en el mejor de los casos, no nos queda otra que agradecer cuando un colega nos comenta un trabajo, o los oyentes comparten sus valoraciones, porque un dictamen de cualquier festival o concurso, no tiene como propósito semejante meta.
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