AMBICIÓN, VIOLENCIA, BALAS Y MUERTE

"La democracia no se conquista ni se defiende con más violencia y pueden estar seguros que este Gobierno seguirá poniendo sus mayores esfuerzos para mantener el orden jurídico en la República. Insto a todos los compatriotas al diálogo y a respetarnos en consenso" Comunicado del Presidente Horacio Cartes. 

Unas horas después, policías matan a Dirigente Liberal, dentro del Local Partidario.

Por Salvatore Brienza

Podemos discutir si la forma o el fondo de la cuestión es o no el pedido de enmienda.

Podemos discutir si son 25 (+1 = Fernando Lugo) o más senadores los responsables del Golpe Parlamentario.

Podemos discutir si son o no "manifestantes o vándalos" los que incendiaron el Parlamento.

Podemos discutir si la nota del presidente de la república es un justificativo para reprimir y buscar culpables.
Podemos discutir si los destrozos fueron causados por infiltrados o bandas de delincuentes.

Pero la muerte de una persona no podemos discutir.

La muerte es un hecho evidente, que no necesita discusión. Se acepta o no. Pero no cambia el sentido de la muerte.

Un gobierno que se dice democrático no merece una gota de sangre de sus ciudadanos. Ese es un hecho político que no se puede negar.

En todo este periodo democrático, hubo muchas crisis. Incluyendo a “militares golpistas”. Todos los intentos, fueron violentos y aunque

Todos los presidentes de la democracia tuvieron la dignidad de renunciar (Raúl Cubas) o aceptar la destitución (Fernando Lugo) cuando la violencia llegó a extremos de matar ciudadanos a manos de la propia Policía Nacional.

Horacio Cartes, rodeado de la “peor lacra de la política nacional”, sigue permaneciendo en el poder por su propia decisión.
Fue electo, en un  proceso democrático. Se le entregó el mando presidencial sin disturbios. Se le confió el mando del Ejército con amplios poderes. Se le otorgó presupuesto desde el parlamento para, en nombre de su “fama de exitoso empresario”, mejorar las condiciones de vida de todos los paraguayos.

Se le entregó plenos poderes para decidir lo mejor para el futuro de la nación.

Pero el “Presidente de todos los paraguayos” decidió gobernar para los “succionadores de calcetines, los mafiosos, los contrabandistas y los lavadores de dinero…, sus mejores amigos”.

Todo ese poder entregado en sus manos, lo envileció para convertirlo en estos momentos en el peor presidente de la historia democrática.
Ha endeudado al país hasta 20 años adelante.

Ha influido en la Corte Suprema de Justicia, para emitir bonos, sin autorización del Congreso. Ha operado, con otros referentes políticos del PLRA y el FG, para impulsar una enmienda constitucional.
Ha sido el propulsor del atropello al Senado, desconociendo a sus autoridades legalmente constituidas.
Ha sido el soporte, con su silencio, para que los 25 (+1) senadores sigan con el Plan de imponer el proyecto de enmienda constitucional.

No fue capaz de contener la violencia del actuar de las fuerzas de seguridad contra Diputados y Senadores Nacionales.

No fue capaz de salir en un medio de comunicación, ni siquiera en los de “su propiedad”, para explicar lo sucedido o llamar a la calma y tomar acciones que cualquier Mandatario demócrata lo haría.

Ya muy entrada la noche, emite un comunicado, justificando la violencia policial y buscando culpables entre los medios de comunicación.

Si luego de haber leído este texto no encontraste un solo motivo para el “Juicio Político o renuncia del Presidente de la República”, entonces estás viviendo en otro país.