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jueves, 24 de noviembre de 2022

El trabajo articulado en la educación 

Por Tito Benítez, Psicólogo

La articulación de acciones entre los docentes de distintos grados y cursos como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje es más que necesaria en estos tiempos. El grupo de profesionales requiere conocer al grupo de alumnos que está llegando a su clase.

Vale recordar que no solo es conocer de forma individual las capacidades cognitivas del alumno, sino requiere comprender el contexto familiar, social, económico, cultural y hasta religioso del alumno. Comprender al alumno requiere asimilar el universo del lenguaje en el cual se maneja un grupo o un individuo. Si puedo comprender el universo del lenguaje, sabré cómo partir, con qué ejemplos y cómo le ayudaré a comprender lo que busco como docente. Y ahora la pregunta, ¿cómo se logra articular acciones entre los docentes?

            La articulación de acciones se hace mediante el diálogo constante. Es una construcción del espacio mediante el compromiso profesional con la educación que se hace en pro de los alumnos que requieren una atención especial en la sala. Esto, teniendo en cuenta que no todos aprenden de la misma forma, ni del mismo modo.

            Por otro lado, la construcción no se hace solo entre los docentes, exige que los padres se involucren. La participación de los padres se hace con el objeto de construir los procesos de educación en conjunto. Los adultos colaboramos en el proceso de educación del niño. Por eso la educación es un compromiso de todos. No es un hecho aislado que solo compromete al docente.

            Así también, recordemos que los niños no van solo para aprender a leer a escribir. También están para aprender a vivir en democracia, a dialogar, a construir en el disenso, a respetar las diferencias políticas, religiosas e individuales de cada compañero. El alumno aprende a ser persona que convive en una sociedad.

            Ahora que están terminando las clases podríamos aprovechar para las reuniones constantes entre los profesores, reuniones de padres para ultimar los detalles del final de la actividad académica para colocar en contexto cada grupo del que uno se despide, así como el grupo que uno va a recibir.

Por dar un ejemplo, la profesora del primer grado se reúna con la del segundo le presente al grupo de alumnos que va a recibir. Discutan las competencias desarrolladas, los aspectos en donde deba o considere oportuno enfatizar, las características del grupo, y tantos otros aspectos que permiten comprender el comportamiento del grupo.

Esto me permitirá llegar a cabo una adecuación curricular contextualizada más acabada, acorde a las demandas y requerimientos que hoy en día cada grupo me demanda. Por eso la enseñanza siempre se desarrolla en un contexto.            

             Aprovechemos estos últimos días de clases para los trabajos colaborativos entre pares y padres. El padre también requiere contextualizarse dentro del proceso de educación. Esa contextualización quizás exija un mayor acompañamiento, preguntar cómo fueron las clases, promover espacios de aprendizajes de los hijos con otros compañeros y/o vecinos. Es más positiva la idea de la articulación de acciones porque no se corta el proceso. Más que nada es una continuidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje que es es de extrema importancia. No solo para el profesor de una sala o de una cátedra, sino para en el niño se despierte las ganas de aprender porque encuentra lógica y sentido a lo que hace en la escuela.  

 

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