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viernes, 25 de octubre de 2013

CIUDAD DEL ESTE, la Sodoma comercial.

Por Salvatore Brienza
La segunda ciudad más grande del Paraguay y quizás la de mayor movimiento económico, ha sido en su momento -y no sabemos si fue un mero discurso ideológico del aparato de propaganda de la dictadura- la tercera en importancia mundial, luego de Miami y Hong Kong. Hoy pasa por la peor crisis económica de todos los tiempos.

En esta ciudad, el Estado, ha sido el principal ausente en los procesos de garantía comercial y de negocios y la principal víctima de los feudos políticos-partidarios donde “más vale tener amigos en el poder, para seguir lucrando; que enemigos en el poder, que te hundan sin la más mínima garantía de protección ante la ley”.

La piratería, la corrupción, el contrabando, el tráfico de armas, drogas y seres humanos es la constante en esta “Sodoma comercial” del Paraguay.

Una clase social rica, pero ignorante. Un Estado presente, pero corrupto. Un gobierno municipal, afín al “Nuevo Rumbo” hasta donde le convenga, prebendario, clientelista y rematador de los bienes del estado. Una clase sindical que no genera defensa a sus representados, sino que se acomoda y acuerda con los grupos de poder, ese otro “pequeño poder” para la  “nomenclatura” sindical. Una sociedad “pauperizada e ignorante” donde “vender un producto de contrabando, vencido o de mala calidad, no es sinónimo de vergüenza sino de habilidad comercial”. Donde la creatividad se mide en el “engaño” y no por  la opción diferente. Un servicio de transporte privado –porque lo público es sólo en los papeles-  tiene el “tupé” de exigir “suicidios” para seguir con el mismo sistema de transporte obsoleto, deficiente y criminal.

Es aquí, donde el Libre Comercio funciona con total libertad. Donde las garantías que ofrece el Estado en materia de Justicia ante las barbaridades del modelo Liberal, se mide por la cantidad de dinero que cada uno tiene en una cuenta bancaria o por el nivel de participación en los torneos de tenis del club social de turno.

En esta ciudad, se enseñorean el cigarrillo falsificado, la marihuana, la cocaína, el perfume falso con las mansiones de los narcotraficantes, dueños de “lojas” y funcionarios de Itaipu mediocrizados por un estado que solo sirve para beneficio de los gobernantes.

Una ciudad de funcionarios corruptos venidos de Asunción o de cualquier ciudad del país, que no dan espacio a los que quieren “beneficiarse de la torta estatal” pero que por lo menos hayan nacido en esta tierra colorada.

Bien vendría una frase para esto “que sigan los corruptos, pero que por lo menos, sean los nuestros”.

1 comentario:

Norah Llanes dijo...

Escalofriante descripción que abre los ojos a quienes solo veíamos (o ven) la ciudad como feria de compras...