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sábado, 1 de marzo de 2014

ENCUENTRO CON DESENCUENTROS

Por Salvatore Brienza

Llegue a la ciudad de Hernandarias el día viernes 28 de febrero, luego de un viaje como estudiante “extranjero” en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina.
Como ya lo sabía, al momento de mi llegada en la casa estaban hospedados Jenaro y Alejandro, dos bailarines de la delegación de México. ¿Por qué? Porque en ese momento estaba realizándose en el Salón Municipal de la ciudad el II ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL FOLKLORE “TAKURU PUKU”, organizado por el Centro Cultural Takuru Puku.
Este evento presenta a “Hombres y mujeres que cantan y bailan por su patria y por una cultura de paz mundial”.  
En este “II Encuentro” había delegaciones de Perú, Francia, México, Egipto, Bolivia y, lógicamente, Paraguay.
Al momento de mi llegada, toda la familia estaba pendiente de “nuestros hijos mejicanos” y me alegraba mucho verlos compartir esta hermosa experiencia “INTERNACIONAL”, dando todo de sí para ofrecerles una buena estadía y hacerlos sentir en familia.
Al mismo tiempo en que me iba acostumbrando a la rutina familiar, me fui enterando de los inconvenientes que estaban pasando las delegaciones “extranjeras”.
Todas las personas que llegaron del extranjero y ciudades de Paraguay, estaban hospedadas en casas de familia. Todas esas familias anfitrionas, fueron definidas con anticipación. Aclaro que esta es la modalidad de “intercambio cultural”, para afianzar la hermandad entre los pueblos.
Nuestros hijos Jenaro y Alejandro con su mamá Elva
Es por eso que en la casa habían dos y en otras incluso más de seis personas alojadas en calidad de “miembros de la familia”. Esto significa que no se les podía exigir pago alguno por alojarlos, porque es un momento para demostrar la fraternidad universal que tanto profesamos los que creemos en la humanidad.
Sin embargo, hubo “desidia de las autoridades municipales” en apoyar este encuentro y “una pésima organización turística para las delegaciones”.
No hubo acompañamiento, quizás por exceso de trabajo en los organizadores, informalidad de las autoridades municipales y mucho más aún, por la ciudadanía que podría haber aprovechado este encuentro para conocer otras culturas, bailes y tradiciones, y limpiar el “ñandú renimbo” (telarañas) del cerebro.
Se realizó un desfile de las Delegaciones, y los organizadores quizás, no previeron o no tuvieron el apoyo de la Policía Municipal de Transito para ordenar mejor el desfile por las calles de la ciudad. Sin embargo, para la “famosa pesca de la corvina”, actividad que atenta contra el medioambiente, atacando a animales indefensos, contaminando de aceite, combustible y otros el lago de Itaipú, las gestiones son más aceleradas y efectivas”.  O cuando se realiza algún campeonato deportivo, sea Futbol de Salón, Handbol, Motocross, etc., siempre tiene el apoyo de la Municipalidad con toda su “estructura política” acompañando estos eventos.
Me pueden decir, que la Intendencia y Concejalía declararon de “interés municipal”, pero con eso no basta. No lo sé, no me consta porque no he investigado si fue o no así, pero es lo usual en estos casos.
Delegación Mexicana
El municipio, Intendente y Concejales, debieron de “promover y difundir” este encuentro a través de todos los medios de comunicación. Quizás lo hicieron, pero la falta de público, la nula participación de la ciudadanía en el desfile y la desorganización para dar a conocer los lugares turísticos de la Región dejaron al descubierto que todavía no estamos preparados para ser lo que siempre quisimos ser, una ciudad de referencia para el turismo en el Alto Paraná y me dicen lo contrario al supuesto “interés cultural” que dicen tener.
Colectivos adecuados, un plan de visitas a la Itaipu Binacional, los Saltos del Monday, la Reserva Biológica Tati Jupi o las mismas Cataratas del Iguazú, deberían de haber incluido en la agenda de los “visitantes extranjeros”, acompañados, claro está por los propios organizadores.
Me dirán que se les dió para usar el Salón Municipal. Pero dar infraestructura, no es promover la cultura. La cultura nace de la necesidad de un pueblo de satisfacer sus necesidades humanas de expresión, de comunicarse, de establecer el lazo que lo une a otros hombres de otras culturas y los ayuda a crecer en su humanidad.
Visita a un programa de TV por Cable.
Para los políticos, esto no importa. Y nunca les va importar. Nunca les importará que un niño de su comunidad, vea a un mejicano, danzar un “antiguo baile Azteca”; a  un egipcio bailar sus tradiciones que quizas hayan sido los mismos que danzaban los que construyeron las Pirámides; o sentir a un grupo folclórico de Francia, danzar al sonido de antiguas canciones de las Galias frente a sus ojos.
Ese niño, joven o adulto, nuestro conciudadano hernandariense, quizás nunca en su vida tenga la oportunidad de volver a ver esto en “directo”, a no ser por televisión o por internet.
Esa es mi preocupación. Tenemos todo para hacer lo mejor, y resulta más importante un empedrado, asfaltado o un tractor, antes que la formación cultural de nuestros conciudadanos.
La pregunta que me hago es, ¿Para qué queremos una COSTANERA? ¿Para llenarlos de borrachos, motos, botellas, basura, música estridente, mujeres desnudas y bailando cumbia o funk? ¿Es esta nuestra cultura? ¿Es esta nuestra forma de percibir que somos una ciudad y que somos civilizados? ¿Es esto lo poco que vamos a ofrecer a los extranjeros? ¿Estamos preparados para  pensar en el futuro? O definitivamente, debemos relegar nuestra cultura a lo que nos ofrece Marilina, Bronco o el funk.

Delegaciones extranjeras

2 comentarios:

El aguijòn dijo...

Estimado Silvio entiendo y me solidarizo plenamente contigo al sentirte avergonzado por la desfachatez de las autoridades del municipio por no valorizar eventos de esta naturaleza y es màs visitas de gente de afuera;què impresiòn se habràn llevado de nosotros?.Posiblemente que ni siquiera aun hemos nacido como pueblo civilizado y menos aùn como un pueblo culto, celoso de sus tradiciones, de toda la riqueza de nuestros ancestros, valores que nos ayuda a conocernos y conocer nuestro ayer, pues en la medida en que conozca mi aye valorizarè mi hoy y me valorizarè a mi mismo. Me sumo a tu indignaciòn y a tu preocupaciòn, pero no te olvides, que para indignarte de algo debes conocer las dos facetas de una realidad de lo contrario no se tiene los elementos de juicio.Mi estimado, seguiremos indignàndonos aùn por mucho tiempo porque en un paìs de enanos mentales la educaciòn y la cultura sigue siendo un ideal muy distante, un mostruo con que se debe tener cuidado; asì conciben muchas de nuestras "autoridades" quienes ocupan cargos importantes sin merecerlos y que son electos por un pueblo semianalfabetos. Esta afirmaciòn no hacemos con propiedad pues hace apenas dìas los medios de comunicaciòn dieron amplio espacio publicitario que en plena ciudad de hernandarias y en la misma capital del pais existen escuelas que caen a pedazos, no por carencia de dinero para repararlas, sino porque los recursos destinados fueron a parar en los bolsillos de unos sinverguenzas, ladrones del destino miserable que heredaràn una gran mayorìa del pueblo joven de nuestro paìs. En este paìs gracias a la corrupciòn imperante los ladrones del pais estàn sueltos y ocupando cargos importantes sin hacer nada y muchos inocentes victimas de ma miseria estan en las càrceles con un futuro incierto, porque muchos se preguntan y hasta prefieren vivir en las càrceles privados de su libertad pero por lo menos tienen comida. Hasta pronto

EL AGUIJON dijo...

Señalar la realidad y con las palabras exactas muchas veces podràn lesionar setimientos de algunas personas, pero la verdad grita màs alto y nno podemos dejar de decirla.Calificar de grosera ciertas expresiones es una cuestiòn variable en las personas y muy ligada a su estructura psiquico-mental, y otros factores màs que guarda estrecha relaciòn con la formaciòn integral de las mismas.Es màs refiriendonos a peersonas con responsabilidad social y con alto deficit en el cumpliento de sus deberes, disculpen no se merecen consideraciòn y respero, pues el respero debe partir del mismo sujeto que reclama respeto; el respeto no se confiere, no se otorga con un nombramiento para desempeñar ciertas funciones, el respeto se conquista, se merece, se gana como imnediato reconocimiento de la ciudadanìa por haber hecho en forma, momento preciso y eficiencia mi rol cual fuere sea este. No pequemos de hipòcritas cuando en el fondo calificamos de groseras ciertas expresiones que señalan verdades, un valor ciertamente muy desquiciada por la sociedad, pero que amerita mantenerla en alto en nuestro pensar, decir y actuar. Hasta pronto.