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lunes, 9 de abril de 2018

HACE UN TIEMPO ATRÁS


Por Salvatore Brienza

Hace un tiempo atrás, hablando con una de las autoridades de la Universidad Nacional del Este, me preguntó: ¿Cuál es tu percepción sobre la imagen que tiene la sociedad sobre la UNE?
En aquella ocasión, fruto de la coyuntura política universitaria, mi percepción no era del todo positiva. Lógicamente, desde las protestas estudiantiles de los años 2015/2016 hasta la fecha, y luego del “absurdo sumario” y “castigo ejemplificador”  a los alumnos de la Facultad de Filosofía que reclamaron: “educación de calidad, un mejor manejo de los recursos públicos, un proceso transparente en la concesión de las cátedras y por sobre todo, terminar con el nepotismo y el prebendarismo político”, mi percepción sigue estando dentro del rango de la decepción.
Muy poco se ha hecho en las facultades, ya que algunos Decanos y Decanas siguen con las mismas prácticas. O sea, todo sigue igual. Arreglaron las formas, pero el fondo sigue siendo el mismo.
Sin embargo, debemos ser honestos y decir que hay algunas unidades académicas, entre ellos la Escuela de Posgrado, donde hay procesos un poco más transparentes y positivos en términos administrativos y académicos y siempre hay más “prestancia” para todo lo que sea “el papeleo con los alumnos”.

En estos días, fui a la Facultad de Filosofía y solicite una “CONSTANCIA” donde figure mi “Experiencia Profesional”, como Auxiliar de Cátedra y Encargado de Cátedra, en varias materias.
Para empezar, era la primera vez que volvía a pisar la FAFI y entrar en los pasillos, luego de casi dos años de ausencia, luego de los acontecimientos del 2015/2016. Llegar a la facultad, me trajo muchos buenos recuerdos y otros, no tanto. Tantas veces recorrí, como estudiante, Presidente del Consejo de Delegados e incluso, Representante Estudiantil. En algunos momentos, peleando por derechos estudiantiles y en otros, promoviendo debates, análisis y discusiones por los pasillos, asi como debe ser una verdadera “ACADEMIA”.
Para solicitar la Constancia, llene un formulario (No muy amigable, por cierto). Cuando completé el formulario en la Secretaría de Mesa de Entrada, ya surgieron varias dudas.
¿Cual de los 3 casilleros debía marcar?-consulté.
El primero y el ultimo- me aclararon.
Bien, un formulario, un pago. Reflexioné.
Cuando llegue a Perceptoria, con sonrisa de oreja a oreja, recibió mi formulario, leyò y me dijo:
Son Gs. 200.000.- sin perder la alegría en el rostro.
¿Porque?- pregunte.
 Haber marcado dos casilleros, eran 100.000 cada uno- me aclaró.
Un formulario…, dos marcas…, 200.000 mil, pensé.
Le dije que solo quería una Constancia de mi Experiencia Profesional como Docente.
Ah, entonces este ya te sirve- me dijo, sin dejar de sonreír. Y procedió a borrar la primera marca.
Perfecto. Pagué. Pedí mi factura y me fui a llevar el formulario a la Secretaria General.
Ahí me encontré con la Secretaria General, siempre ocupada en sus quehaceres “secretariles”, que recibió mi pedido, y le aclare que deje una observación con las materias en que me desempeñe como Docente, desde la Auxiliar hasta Encargado de Cátedra. Todo esto, como para facilitarles el trabajo.
Dale, Profe. Mañana ya va estar. -me dijo y salí, pensando que no era tan traumático volver a la Facultad, luego de tantos años y tantas decepciones.
En estos días, volví para retirar el documento, y me quede mirando impávido la hoja que me dieron.
Un formulario, una marca, un sello, una factura, otro sello, 100.000 guaraníes, sonrisas aquí y allá (faltó el selfie), para darme una hoja impresa con membrete de la Facultad que no valen más de 1000 guaraníes imprimir en una librería de barrio. Todo esto incluida la hoja pre impresa en alguna gráfica amiga, que seguro vale 50 guaraníes cada uno. Y lógicamente, sello y firma de la Secretaria General.
Luego, consultando con algunas personas, me dijeron: “Y bueno, ese es el precio que ponen en el Consejo Directivo”, “Tenés que pagar nomas y callarte”, “A lo mejor, ese es el precio de la firma de la Secretaria”. A esas alturas, estaba con la cabeza caliente y el bolsillo con menos 100.000 gs.
Cuando consulte en Secretaria General, me argumentaron que yo solicite una “Constancia de Experiencia Docente por materia en el marco del Concurso de TITULOS, MERITOS y APTITUDES para el periodo 2018”, y que ese papel tenía un costo de 100.000 guaraníes por materia. Y me aclaro, que si yo quería un Certificado Laboral, era sin costo.
Como dirían los “millenials”…., WTF!!!! (La traducción se los debo)
Bien aquí termina el relato y la experiencia de volver a la FAFI, luego de 2 años de ausencia en sus pasillos.
Ahora respondo, como miembro de la sociedad, a la primera pregunta que inicia este artículo.
-          Me duele pensar que un papel, donde debe constar la experiencia académica, docente y profesional, se tenga que pagar por materia y encima con un costo tan alto.
-          Me duele pensar que el sistema de “Llamado a Concurso”, en una Universidad Publica, siga siendo el canal de recaudación de “Fuente 30-Recursos propios” para luego disponer al antojo de los Decanos y Decanas de turno, y repartir en cátedras de amigos y familiares.
-          Me duele pensar que los “docentes” que siempre fuimos críticos a los grupos de poder de las Facultades y la Universidad, siempre tengamos que estar relegados por la burocracia que, como dice Robert Peter en su libro “La pirámide de Peter” es el máximo nivel de mediocridad.
-          Me duele pensar que habiendo Concursos más transparentes en la propia UNE, hay otras facultades que “siempre dan prioridad a los sumisos”.
-          Me duele saber que presentarse a un Concurso, nunca va ser tan transparente, porque –por lo menos en años anteriores, así sucedía- una entrevista con el Docente valía 30 puntos, y es siempre una apreciación subjetiva; y una Maestría, tan sólo 15 puntos.
-          Duele que la Universidad Pública, no sea gratuita.
-          Duele que no sea transparente.
-          Duele más que no sea para pobres, Docentes incluido.

PD.: Sí, ya sé que están pensando que me duele el 100 mil guaraníes que gaste al pedo..., y tienen razón, también me duele.

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